TUVO EL DIA SOÑADO

El sol sale para todos pero a algunos sus brillos los alcanzan con más fuerza. Deportivamente dentro el equipo Chevrolet de Súper TC 2000, es indiscutida la condición de número 1 de Agustín Canapino y de dos de Bernardo Llaver. Claro que a veces las cosas y máxime en una actividad cambiante como el automovilismo, salen de los carriles habituales y quienes viven resignados a su papel secundario tiene su oportunidad. No es frecuente pero ocurre.

Canapino y Rossi se abrieron paso con precisas manobras hasta terminar 6º y 5º respectivamente.

Llaver tuvo en Potrero de los Funes su gran oportunidad para al menos por un fin de semana salir de la sombra de un Canapino, complicado desde la sesión clasificatoria. No la desaprovechó ni un poquito porque a la pole y carrera clasificatoria conquistadas el sábado, agregó la final dominguera. También de punta a punta, y con los jóvenes Martín Moggia y Julián Santero, como escoltas, siempre controlados.

“Fue el fin de semana soñado Tuve un auto muy superior” admitió Berni, por si hiciese falta que lo aclarase tras lo visto en uno de los circuitos más pintorescos que tiene Argentina, y antes de que con una mezcla de sinceridad e ingenuidad, confesara que “con el auto que tuve podía ganar cualquiera de los pilotos de la categoría…” Una frase que refleja la espontaneidad de este mendocino, no valorado en su verdadera dimensión conductiva y si, por ser un esforzado luchador, al que le costó, y mucho, llegar al actual nivel, y no quedar encasillado eternamente como un piloto “aportante”.

En su gran escalada, Rossi dejo atrás al campeón Facundo Ardusso, que sin mucha velocidad en su Renault Fluence no pudo oponerle mucha resistencia.

Llaver vivió su día de gloria pero sin poder apartarse totalmente de la sombra de Canapino. Es que su dominio hizo tan aburrida la imagen de la punta de la carrera, que la mirada de interés se trasladó atrás donde el Titán y Matías Rossi protagonizaron espectaculares escaladas con múltiples sobrepasos que a la hora del análisis comparten con la victoria de Llaver el principal foco de la carrera.

Entusiasmó ver cómo Canapino y Rossi, respondían a quienes lo consideran los mejores pilotos del automovilismo argentino, con maniobras en las que sucesivamente y con relativa facilidad dejaron atrás a autos y pilotos del nivel de los Peugeot de Girolami , Werner y Muñoz Marchesi, los Renault del campeón Ardusso y Spataro, el Toyota de Damián Fineschi y el Citroen de Urcera, entre los más destacados. Por eso sorprendió que a cuatro vueltas  del final, ambos se estancaran detrás del Renault particular (Sportteam) de Matías Milla, barrera que fue infranqueable.

Llaver disfruta en el podio su 4ª victorias en la categoria y al primera con Chevrolet. Lo flanquean Moggia y Santero, sus permanentes escoltas.
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Canapino adujo problemas en el tren delantero y la dirección hidráulica. Rossi superó fugazmente a su tocayo y amigo pero se pasó y volvió a la 5ª posición. “Estoy muy contento por haber  aguantado a estos dos monstruos” repitió Milla, orgulloso con su 4º puesto. “Necesitaba un resultado como este” agregó. Casualmente lo  tuvo justo después de haber anunciado que posiblemente falte en la próxima de Rafaela (3 de junio) y se dedique a conseguir el presupuesto que le permita reaparecer en la siguiente del 22 de julio en Río Hondo, pero sobre un Citroen.

No fue un buen domingo para Facundo Ardussso.Vio a la distancia a LLaver y resultó impotente para contener a Canapino y Rossi. Terminó con un Renault falto de velocidad. Igual no perdió el liderazgo del campeonato (Canapino sólo le descontó 3 untos) pero Facu se fue preocupado. Recordá que antes de esta 4ª fecha le dijo a Visión que «sólo pido un auto ràpido para defender el título» . En Potrero no lo tuvo.

 

Fotos: Prensa Súper TC 2000

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