FESTEJABAN A TODA VELOCIDAD.

Inimaginable en los tiempos que corren, es ver la apertura de un Campeonato Mundial de Fórmula 1, con el primer día del nuevo año. Sin embargo, esto que suena increíble para las nuevas generaciones, sucedió un par de veces en los 60, una de las mejores décadas de la categoría.

Tal vez como símbolo de esos dorados tiempos, ambas carreras disputadas en Sudáfrica, tuvieron como ganador a Jim Clark, el mejor piloto de esa época y para muchos el mejor de la historia. El inolvidable Escocés Volador ganó de punta a punta el 1 de enero de 1965 sobre el Lotus 33 Climax, la competencia corrida en el circuito de East London. Fue el primer festejo de los seis consecutivos que prematuramente (faltaban tres carreras para terminar el campeonato) le dieron en el Gran Premio de Alemania su segundo y último título mundial.

También con un Lotus, pero modelo 49 con motor Cosworth y en el circuito de Kyalami (foto de apertura), Clark repitió la victoria apenas acallados los festejos por la llegada de 1968. Todo indicaba que nuevamente sería el paso inicial para otro título. El destino le guardaba planes trágicos, y el 7 de abril le tendió la trampa mortal en Hockenheim en una carrera de Fórmula 2.

Estupenda foto. En la previa de la carrera, los pilotos encontraban su momento para festejar la llegada del nuevo año en concurridas y divertidas mesas. En una época de muchos accidentes, para algunos podía ser el último festejo.

Esa victoria en Sudáfrica fue la 25ta. de Clark en el Mundial, y en su momento le permitió superar el récord de 24 triunfos que desde 1957 ostentaba Juan Manuel Fangio. Quedó como la última del escocés, y también la última que se corrió el primer día del año. Otro símbolo para dejar en el grato recuerdo una época inolvidable de la Fórmula 1.

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