TAN TRISTE  fue el domingo del Pato Juan Manuel Silva que le dieron ganas de colgar el casco en los boxes del autódromo de Junín. Y lo hizo.

Fue un símbolo. Como las zapatillas colgadas de los pibes de Cromagnon. El chaqueño pasó la semana previa ocupándose de la salud de su papá Manuel Antonio, “Jackie”, internado en Resistencia. Sabía que cuando tuviera que venirse para Junín, el jueves, corría un riesgo.

El viernes hablamos con él, y lo notamos muy apenado. La situación era irreversible. Quince años llevó Jackie a cuestas una enfermedad autoinmune, cinco tardaron en diagnosticársela. La peleó con coraje.

Por eso, después de haber corrido el Súper 8, antes de saber que había sido penalizado, el Pato se desahogó con este homenaje.

Después lo descolgó, se lo calzó, se subió al Focus y terminó tercero. Sin embargo, no subió al podio. Se fue volando, literalmente, al Chaco, en el avión de Fernando Hidalgo, a despedirse. Los dos pilotos de Fiat que sí subieron, José María López y Emiliano Spataro, acordaron que tampoco habría festejo.

 Foto: C.S.

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