LA LLUVIA INVITA A LA NOSTALGIA  

Tal vez por eso, la lluvia es hasta ahora una casi permanente compañera de esta 14ª edición del Gran Premio Histórico, organizado por el Automóvil Club Argentino. Una lluvia que sin embargo no cambió el liderazgo que sigue mostrando a Luis y Gastón Galardi, padre e hijo, al frente con su Peugeot 404 aunque con otro binomio de padre e hijo, Moíses y Maximiliano Osman, con otro Peugeot 404, como escolta a 1s 12/100.

La tripulación Mirad-Mirad sobre un Falcon de TC de los 70, en plena marcha de la tercera etapa.

 

Esa lluvia  resultó más inoportuna que nunca en la tercera etapa que unió San Rafael con Mendoza, porque su contundente presencia obligó a anular los cuatro tramos de velocidad que transitaban por el Cañón de Atuel. No eran unos tramos comunes. Eran los únicos previstos por caminos de tierra. Un importante detalle que potenciaba la nostalgia de esta carrera con el recuerdo de esas superficies que décadas atrás eran comunes en los Grandes Premios de TC y Turismo Mejorado.

Falcon y Torino se mezclan con las cupecitas del TC en el variado parque automotor del Gran Premio Histórico.

 

“Qué le vamos a hacer, no sé puede contra la naturaleza…” se consoló Jorge Revello, vicepresidente del Automóvil Club Argentino, en el playón Oeste del Mendoza Shopping,  punto terminal de esta tercera etapa en suelo cuyano. El dirigente destacó el espíritu de camaradería de esta competencia y el interés de países limítrofes. Por de pronto se vieron  tripulaciones de Uruguay y Paraguay. “La idea es hacer en el futuro un torneo sudamericano” anticipó Revello mientras veía la llegada de la heterogénea caravana de vehículos integrada mayoritariamente por Peugeot 404, Fiat 1500 Coupe, Torino, Falcon, Citroen y las portentosas cupecitas del TC,  pero donde no faltan los Volvo, Alfa Romeo Giulia, y hasta algún Renault 4, un Gordini, y un Escarabajo.

Mario Passalia, navegante de Elvio Paz, realiza la entrega de alimentos a una colaboradora de Caritas. Una donación que todas las tripulaciones efectúan al término de cada etapa.
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“La lluvia no fue problemas porque vamos con limpiaparabrisas y calefacción…”  comentó José Migliore, mientras con sus vitales 86 años bajaba de su negriblanco  Peugeot 404, y rápidamente concentraba la atracción  de nostálgicos y veteranos hinchas que  desafiando la lluvia y el frío le recordaron sus pasos por los  Grandes Premios.”Antes cuando corrías pasabas tan rápido que no te podíamos ver, ahora  si podemos hacerlo…” le largó su tocayo José mientras extendía un papel para el autógrafo y posaba para la foto.

Los paraguayos Esteban Gauto y Cecilia Riveros, sobre un VW Karman, constituyen una de las presencias extranjeras de la carrera.

 

Este ambiente de distensión que reina en este Gran Premie se nota  también en las llegadas. Apenas culminados los controles, cada piloto se va con su auto a su  respectivo hotel o el lugar de su alojamiento. Tampoco se ven antiflamas ni cascos. No son obligatorios para los participantes. “En los tramos de velocidad controlada tienen un límite que no pasa de los 80 Km/h y además hay controles secretos,” explicó  Ricardo Meritello, el dirigente sanjuanino que es el director de la carrera. El sábado apenas termine en Rosario este Gran Premio Histórico, Meritello  retornará a su provincia para encontrarse con el regreso del Súper TC 2000 en El Zonda. Será el cambio de la nostalgia de un automovilismo que fue por la realidad del automovilismo actual. Un cambio brusco, sin dudas.

 

Por el equipo de VA (Especial desde Mendoza)

Fotos: Mónica Paz  y Prensa ACA.

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