EL TRIUNFO DE PASTOR MALDONADO movilizó los escasos antecedentes de la tierra de Simón Bolívar en la Fórmula 1. Se recordó a Johnny Cecotto, gloria venezolana en el motociclismo (fue dos veces campeón mundial) pero con poca suerte en la Máxima donde participó en 24 Grandes Premios, la misma cantidad que cumplió Maldonado en España, pero largando sólo 18 y sumando apenas un punto en Long Beach 1983 con el modesto Thedore. Casi nadie se acordó de Ettore Chimeri, el primer venezolano que corrió en Fórmula 1. No era venezolano de nacimiento, pues había nacido en Lodi, cerca de Milán, en 1921, pero si, por adopción, ya que desde jóven se radicó en el país sudamericano, donde además de piloto fue un próspero empresario. Antes sirvió a Italia como aviador de combate en la Segunda Guerra Mundial.

Chimeri formó parte del especial grupo de pilotos que sólo largaron un Gran Premio en el Campeonato Mundial. Fue el de Argentina 1960 sobre la Maserari 250 F con la que Juan Manuel Fangio había ganado en Mónaco en 1957. No pudo terminarlo porque abandonó agotado por el tremendo calor que aquel 14 de febrero hizo en el por entonces Autódromo Municipal. Dos semanas más tarde, el 27 de febrero, mientras entrenaba entrenaba en el circuito de la Base Aérea Militar de La Habana para el Gran Premio de Cuba de Sport, su Ferrari Testarossa 250 TR se salió de pista, cayó en un barranco de 300 metros y despidió al infortunado Chimeri que murió poco después en el hospital. La fatalidad había truncado su sueño de Fórmula 1 pero su esfuerzo abrió un camino que poco transitado encontraría 52 años más tarde su primer gran hito.

 

Por M.S.

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