REPARTIÓ PAREJO.

No se anduvo con rodeos ni sutilezas: pegó duro y directo al mentón. Luego de la 3° etapa agotadora, que dejó a varios pesos pesados relegados en la pelea por la victoria, fue el español Víctor Rivera, que participa en Motos con una KTM del equipo del italiano Nicola Dutto, el primer parapléjico que disputa el Dakar sobre las dos ruedas, el que una vez en el campamento de Arequipa, disparó con munición gruesa.

“Todos sabemos a lo que se dedican los de delante y las trampas que hacen. Sí, digo trampas, tramposos”, afirmó el de Zaragoza, que corre con el 145 en sus espaldas. «Aunque antes salieron los autos y más de 100 motos, seguí el roadbook al pie de la letra y no había huellas en la arena, salvo en los puntos de paso. Después, en los waypoints y checkpoints estaban todas las huellas otra vez. Está todo recortado, todo trampeado… Esto es un engañabobos”, mandó.

River (145) superó una dura etapa, pero eso no le quitó ganas de hablar.

Sus críticas siguieron. Porque leyó un comunicado en el que la organización había descubierto infracciones varias en los roadbooks pero que, por esa vez, no iban a aplicar el reglamento. “Es una casa de putas, vaya miseria… Hay mucho dinerito y el que paga manda. Aquí todo el mundo lo sabe, ahora la organización admite saberlo y no hacen nada… esto apesta”, bufó Rivera, que volvió a correr el Dakar luego de 12 años de ausencia. En su última experiencia, en 2007, debió abandonar al romperse la espalda.

Mirá y escuchá los videos que el español colgó en su Facebook:

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Parece que volvió más filoso que nunca. ¿Habría un tirón de orejas de la organización, o a las palabras se las llevará el viento del desierto?

 

Fotos: Francesca Gasperi y Facebook Víctor Rivera.

 

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