TODO PARA FACU

Tan reconocido hincha de River, como Leonel Pernía lo es de Boca, Facundo Ardusso se dio el gusto de ganarle el Superclásico trasladado a esta 9ª fecha del Súper TC 2000 cumplida en un Autódromo de Río Hondo, que con su magnitud de nivel internacional quedó muy grande para la escasa  convocatoria que suscitó la presencia de la categoría.

Ardusso no le dio ninguna chance a Pernía.»Erramos con la goma y esto nos quitó grip en la parte trasera», se justificó Leonel.

Ardusso supo jugar este Súperclásico de la pista, muy importante para  sus aspiraciones a renovar su título y su consolidación en la interna del equipo Renault de cara a la definición del campeonato. Marcó  los “goles” en los momentos claves. Primera con una buena  largada y al promediar la final con una impecable  detención en boxes para el cambio de neumáticos. Así  no dejó resquicio para algún ataque de Pernía.

La victoria de Ardusso consolidó sus chances a retener el titulo de campeón. Ahora sólo lo separan dos puntos del líder Canapino, quien se fue disconforme con su cuarto puesto.

“Fue una carrera perfecta”, estimó Facu, quien sumó esta victoria a los buenos recuerdos que de años anteriores tenia del trazado santiagueño, escenario de su primer triunfo en el TC en el 2014 y su éxito en la Fórmula Renault en su reaparición tras el grave accidente en el 2008 en el Turismo Nacional. La felicidad no le impidió a Facundo destacar el trabajo de sus mecánicos, tanto para cumplir con rapidez y eficiencia el trámite del cambio de neumático,  como para recuperar el ritmo que le faltó en la carrera clasificatoria. Se ve que sirvió su queja del sábado. También sirvió y mucho este fin de semana de plena cosecha (pole, carrera clasificatoria y final) que le permitió reducir a solo un par de puntos (173 a 171) la ventaja que lo separa de Agustín Canapino al frente de las posiciones.

Rossi acompañó a los pilotos de Renault en el tercero de punta. «Sólo podia aspirar a superar a Canapino y lo conseguí» dijo un satisfecho Matías.

La carrera se vio envuelta en un trámite monótono en los cuatro puestos de punta, coincidentemente ocupados por los candidatos al título.

Sólo se sacudió por dos acciones producidas en boxes. La primera casi termina en tragedia ya que el Citroen C4 Lounge de Matías Milla quedó muy cerca de sus mecánicos  del Sportteam, cuando al ingresar a su box fue chocado por el Peugeot 408 de Mariano  Werner que salía rumbo a la pista, luego de cumplir la obligatoria detención. Por la maniobra, el entrerriano vio la bandera negra de exclusión resuelta por los comisarios deportivos. La sanción se debió a que no respetó la disposición fijada a pedido de los propios pilotos para el clave momento de las detenciones para los cambios de cubiertas. Un tema que merece un debate mayor.

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La segunda alternativa definió el ocupante del tercer escalón del podio. Se dio con la mayor rapidez con la que los mecánicos de Toyota trabajaron en el auto de Matías Rossi por sobre lo que hicieron sus colegas de Chevrolet en el Cruze de Agustín Canapino. Esto le permitió al Misil ganarle en esa detención el tercer puesto que hasta entonces ostentaba el Titán en la pista. Decir que ésta fue la forma en que Rossi superó a Canapino ahorra mayores comentarios  sobre esta nueva  deuda que el  Súper  TC 2000 dejó con el espectáculo.

 

Fotos: Prensa Renault y Súper TC 2000.

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