QUERÍA LLEGAR, lo consiguió e, incluso, hasta se dio el gusto de ganar un etapa.

Por eso, la emoción de Leonel Larrauri -y de su navegante Fernando Imperatrice– por haber conseguido dar la vuelta en este durísimo Dakar 2018 que surcó a Perú, Bolivia y Argentina, en lo que fue la primera participación del santafesino en el rally más duro del mundo.

A bordo de un UTV Can-Am del South Racing, Leo fue uno de los seis vehículos (quedó 6°) que completaron la carrera en la categoría SxS, más allá de un vuelco en la primera etapa y de arribar durante la madrugada en varias. Además, consiguió tres terceros puestos y ganó la última Especial en tierra cordobesa.

«Fue una experiencia increíble. Nos encontramos con todo nuevo, desde el auto que nos hizo trabajar bastante los primeros días, y también el terreno, que en el caso de las dunas de Perú eran nuevas para nosotros. Los errores de los primeros días después los pagamos con roturas que fueron apareciendo, pero nunca bajamos los brazos, seguimos para adelante, reparando, terminando etapas de noche y pasando días hasta llegar a Córdoba. Pensaba que Argentina iba a ser más fácil, pero tuvimos muchos inconvenientes en la suspensión del auto y se hizo durísimo.«, contó el también piloto de la Clase 3 del Turismo Nacional.

Paso a paso, la dupla pudo completar la durísima carrera en su debut.

 

El de Granadero Baigorria mostró su alegría por imponerse en Córdoba: «Haber ganado la última etapa fue la frutilla del postre, terrible, porque si bien sabíamos que teníamos potencial para lograr un triunfo y lo demostramos en algunos WP, no podíamos redondear en una jornada entera. La terminamos ganando bien y fue un desahogo muy grande, porque la etapa del viernes la terminamos a las 6 AM del sábado y a las 7 ya salimos para largar un nuevo especial, sólo nos lavamos la cara, desayunamos y fuimos a correr».

Por último, destacó el esfuerzo que le demandó la carrera: «En los últimos cuatro días de Dakar dormimos muy poco, cuatro o cinco horas en total, el esfuerzo fue grandísimo. Por eso, haber terminado es una alegría enorme y fue tan grande la emoción.  Fue un gran esfuerzo, pero cumplimos el objetivo. El día que me caiga la ficha de lo que fue el Dakar voy a disfrutarlo de otra manera, hoy la adrenalina es tan grande que casi no puedo dormir».

La emoción de Leo tras ganar la etapa en Córdoba y lograr el objetivo de llegar.
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Por el equipo de VA.

Fotos: prensa Larrauri.

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