ENZO FERRARI INOLVIDABLE

Un hombre que trasciende su tiempo y su ámbito se convierte en leyenda. Enzo Ferrari es uno de esos casos. A 30 años de su muerte su nombre sigue tan vigente como cuando en vida era un figura suprema y casi inalcanzable. Y ese recuerdo no sólo tiene el sabor de la nostalgia sino que también posee la fuerza de la presencia con los autos que llevan su nombre y que siguen girando en todas las pistas y caminos del mundo con el sello inigualable que le da el nombre de Ferrari.

Enzo Ferarri tuvo un discreto paso como piloto durante la decada del ´20 en Alfa Romeo. Luego se independizó y creó Ferrari. «Maté a mi madre», dijo cuando Ferrari derrotó a los Alfa Romeo en Silverstone 1951.

¿Qué hubiese sido de la Fórmula 1 sin Ferrari, la única marca que compitió en las 69 ediciones del Campeonato Mundial, aunque paradójicamente no corrió la carrera inicial en Silverstone? Seguramente hubiese existido igual pero con muchas menos historias de gloria, drama, alegrías, tristezas e intrigas que, en los distintos tiempos caracterizaron al incomparable mundo Ferrari.

Por suerte para el automovilismo, la Fórmula 1 y los millones de fanáticos en todo el mundo, Ferrari existe. Y esto hay agradecérselo al espíritu desafíante y competitivo de un hombre, que tras un mediocre paso como piloto vio a finales de los ´30 en la construcción de sus autos el camino para la trascendencia. Y vaya si la consiguió al convertir sus creaciones en un sinónimo mundial de velocidad, prestigio y status. “Todos sueñan con manejar una Ferarri, pues bien, precisamente ese era mi objetivo cuando comencé…”, solía ufanarse con el respaldo de la irresistible tentación que solían y suelen provocar sus autos.

Darle en Silverstone 1961 el primer triunfo a Ferrari en el Mundial de Fórmula 1, significó para Froilán Gonzalez el eterno agradecimiento de Don Enzo, quien siempre le dispensó un trato especial.

Como toda leyenda, la figura de Don Enzo Ferrari estuvo rodeada  de una especial aureola con diferentes matices. Pasional, polémico, dictatorial, misterioso, superexigente, cruel a veces,  sarcástico otras. Su figura imponía un respeto y una distanci,a en la que sus permanentes gafas negras hacían de escollo para conocer las verdaderas sensaciones de su inescrutable rostro.

La muerte de su hijo Dino en 1956 lo empujó a un paulatino aislamiento en su bunker de Maranello, donde miraba las carreras y días más tarde recibía los informes y explicaciones de pilotos e integrantes del equipo. Obviamente Don Enzo llevaba la voz cantante.

Don Enzo tuvo distintas consideraciones sobre Carlos Reutemann y Gilles Villeneuve, los pilotos que integraron su equipo en 1978. Relativizó a Lole, y mostró admiración por el canadiense.

Muchos pilotos pasaron por su equipo pero fueron contados los que lograron despertar alguna emoción en el duro corazón de Ferrari. Alberto Ascari, por ser el que el dio los primeros títulos (1952 y 1953) mundiales a la marca; Froilán González quien logró en Inglaterra 1951, el debut victorioso de Ferrari en el Mundial. Y ya más cerca en el tiempo, el inolvidable Gilles Villeneuve, porque por su arrojo y espectacular andar lo veía como  la reencarnación del Tazio Nuvolari su admirado en los años ´30. Por el contrario tuvo relaciones tormentosas con pilotos que le entregaron títulos como Juan Manuel Fangio (1956), Phil Hill (1961), John Surtees (1964) y Niki Lauda (1975-77). “Es un bastardo que se fue por unos pesos”,  disparó en el libro “Pilotos, qué gente…” sobre el austriaco, uno de los pocos que cometió la “afrenta” de negarle  la renovación de un contrato a fines de 1977, y se llevó el número 1 a Brabham. Tampoco fue benévolo con Carlos Reutemann, el otro argentino que pasó y ganó con Ferrari, al calificarlo de “tormentoso y atormentado”.

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Hace tres décadas y con 90 años (había nacido el 18 de febrero de 1898 en Módena), Enzo Ferrari llevó su leyenda a la eternidad. Para mantener vivo su recuerdo, quedaron sus autos.

 

Fotos: diariomotor.com

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