EL GRAN REFERENTE

Hablar de las 24 Horas de L e Mans en Argentina traslada  inmediatamente el recuerdo a  la figura de José Froilán González.

 

Es que el recordado Cabezón fue el único piloto argentino que ganó una de las carreras más famosas del automovilismo internacional. Su victoria en la edición 1954 de las 24 Horas de  Le Mans, con el francés Maurice Trintignant, sobre la Ferrari 375 Plus, fue la gran joya, junto a su primera victoria con Ferrari en la Fórmula 1, que Froilán exhibió con orgullo y le dio consideración nacional e internacional en un época en que la gran figura argentina en el mundo era Juan Manuel Fangio.

Como Froilán, el Chueco participó en cuatro ediciones de Le Mans, pero no estuvo en aquella del 54, que ganó su compatriota. Al año siguiente tuvo la más clara oportunidad de obtener el triunfo que le faltó a su brillante campaña. El Mercedes Benz 300 CLR que compartía con Stirling Moss punteaba cómodamente cuando a la medianoche llegó la orden de la marca alemana de retirarse de la carrera  por el trágico accidente que horas antes se había cobrado la vida de un piloto del equipo (Pierre Levegh ) y 80 espectadores en la que fue la mayor tragedia del automovilismo. No hubo más Le Mans pare el Chueco. Treinta y ocho años más tarde, su homónimo sobrino no pudo saldar esa deuda de la familia al llegar sobre un Toyota TS 010 en su única participación en la legendaria carrera.

El número 17 no fue contraproducente para el Porsche 962 C que Larrauri llevó al 2º puesto en su mejor actuación en las 24 Horas de le Mans.
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Entre ambos Fangio, Argentina tuvo su representante más activo en las 24 Horas de Le Mans: Oscar Rubén Larrauri. Corrió nueve ediciones el Poppy santafesino y en la de 1986 acarició la gloria del triunfo al terminar sobre el Porsche 962 C que compartió con el español Jesús Pareja  y el francés Joel Gouhier en una tripulación donde Larrauri fue siempre el más veloz.  Antes de ese gran resultado, en 1984,  Poppy terminó sobre un Porsche 956 con el italiano Massimo Sigala, el mesías de parte de su campaña europea, y después, en 1991, llegó 10º sobre el Porsche 962 , donde tuvo como compañeros otra vez  a Pareja y al suizo Walter Brun, el mismo que tres años antes le había dado al argentino la posibilidad de correr en la Fórmula 1 con el Eurobrun. Unos años antes, en 1973, probó suerte Carlos Reutemann sobre una Ferrari 312 P  que compartió con el australiano Tim Schenken, Llegaron a  puntear al promediar la carrera hasta que un problema en el motor terminó con sus ilusiones.

 

Estas fueron las actuaciones salientes de los pilotos argentinos en la categoría mayor de Le Mans. Hubo otros en las clases menores que también hicieron lo suyo dentro de sus posiblidades y que están especificados en el cuadro que acompaña esta nota. Para la última referencia, hasta este fin de semana, hay que retroceder al 2014  y encontrarse con la presencia de Luis Pérez Companc, 22º en la general y en la clase GTE. con la Ferrari 458 Italia que también manejaron con Marco Cioca y Mirko Venturi.

En 2017 le llegó el momento de Pechito López y en la clase mayor. Como en los buenos y añorados tiempos.

 

Por  Miguel Sebastián y Carlos Saavedra

Fotos: fierrosclasicos.com

 

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