HAS LEIDO acá en Visión, las dos cartas de Hugo Viola.

 

El empresario las escribió en disconformidad absoluta por la nueva ligazón de Diego Aventin con Hugo Cuervo en Turismo Carretera, ante la pobreza de resultados conseguidos hasta el momento, en su tarea de defender el «1» de campeón que, méritos aparte, el año pasado cosechó pila de controversias.

Viola, hombre integrante del círculo íntimo de los Aventin, te recordamos,  supo patrocinar y oficiar de acompañante de Oscar Aventin en sus años dorados coronados (1991-1992) con títulos de campeón de Turismo Carretera.

Viola le ha dado durísimo a Cuervo, habla de perreadas, traza mantos de dudas en distintas direcciones, incluso en cuanto al control técnico de la categoría y más, vos lo habrás leído.

En la ACTC han rebotado fuerte sus misiles escritos, en forma poco ortodoxa y hasta en ciertos pasajes, no tan entendibles, también habría repercutido en el seno del equipo del campeón.

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El tema por la seriedad de las opiniones vertidas, amerita que sea enfocado porque excede el marco de la furia despertada en el empresario, por la nueva vinculación del Pumita y el controvertido notario de Lincoln.

Es una buena ocasión para abrir el debate y no soslayar, ningunear o cajonear las polémicas apreciaciones del empresario tan vinculado al TC. La prensa, pilotos, dueños de equipos, dirigentes, deberían afrontar la tan ríspida e incómoda (para muchos) situación. Sería una saludable manera de demostrar en los hechos, lo pregonado una y otra vez en las palabras: que gane la transparencia.

¿Será posible?, o se mirará para otro lado…

Por C.S

 

 

 

 

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