68 AÑOS.

Los que ha cumplido Juan María Traverso el 28 de diciembre, nacido en Ramallo. Que te vamos a contar de el, que más acerca de una de los pilotos más grandes de la historia del automovilismo argentino, portador de una trayectoria deportiva que abarcó desde 1971 hasta 2005, inicio y final en Turismo Carretera, plagada de triunfos en todo tipo de autos y con 16 campeonatos en sus vitrinas, siete de TC2000, seis de TC y 3 en Top Race.

Cualquiera que habla del Flaco, ya sabés a quien se refiere. Un personaje único, amado, idolatrado y, también, criticado y contradictorio. Traverso ha logrado perdurar en el tiempo como muy pocos, como esos que rompen los moldes, pese al ya lejano retiro hace 13 años aquella mañana en Olavarría, cuando se levantó a la mañana para correr la serie de TC que le tocaba con el Torino y sin embargo dijo «basta», y el Toro quedó en silencio para siempre.

El «Galpón de Traverso», sus autos, trofeos, una síntesis de su vida.
El Falcon de TC con los inconfundibles colores de OCA, con el que logró el campeonato de 1999.
La Chevy con también con los colores de OCA, con la que se llevó el título de TC de 1997.

Su vasta historia ha repercutido de lleno en la gente, en sus fieles seguidores y en los medios; aún sin correr continúa siendo un faro, una referencia ineludible, te guste o no lo que diga, lo que piense y lo que haga. Al frente desde hace años de la Asociación Argentina de Volantes (AAV) que proteje la salud a lo «más importante y fundamental que tiene el automovilismo, los pilotos», como reitera siempre, Traverso ha dado curso a otras inquietudes en su vida. La más cercana ha sido la concreción de su museo personal que guarda su propia historia rica como pocas en el mundo de las carreras. En Villa Ramallo, en su propia quinta donde vive, su lugar en el mundo, levantó el «Galpón del Flaco» que recorrés acá con vision.

Vení, caminemos un poco, mirá estas imagenes:

Para los que veneran a Traverso y también para aquellos hinchas del automovilismo, podrá convertirse porqué no, en un lugar de culto. Donde a través de sus autos más icónicos, con los que enhebró memorables actuaciones y triunfos; de sus incontables trofeos, copas, fotos, cuadros, recuerdos, pueden revivir la magia de aquel Traverso corredor que llegó a la cúspide, para ocuparla con contados corredores de todos los tiempos.

El Flaco dialoga con vision durante la recorrida por el museo.
El Peugeot 405 de TC2000 que motorizara Jorge Pedersoli, con la marca del León logró en 1995, su último campeonato en la categoría.
El Rambler Ambassador que fuera de su padre, en etapa de restauración.

Visionauto ha caminado por el Galpón del Flaco junto a Juan María, escuchando una y otra de su libro inagotable de anécdotas. La ocasión, propuesta por la gente de Total Argentina, empresa de la que Traverso es embajador así como también de Peugeot, resultó una manera más de comprobar la envergadura de lo hecho por Traverso en eso de manejar autos de carrera como muy pocos, de su dimensión.

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Desde hace años venía reclutando autos que utilizara en su campaña deportiva, y los atesoraba en un espacio construído en un sector de su quinta a unos pocos kilómetros de la ruta 9 que une Buenos Aires con Rosario. Hasta que esas ganas que tenía de armar algo en serio, las impulsaron sus tres hijos para avanzar en la concreción de el «Galpón del Flaco». «Quedó lindo, ¿no?; espero que le guste a la gente que lo visita», le dice Juan María a vision.

El último. El Torino de su última carrera, aquella en 2005 Olavarría, cuando antes de largar la serie dijo «no va más».
El restaurante para los visitantes, también refleja la vida deportiva del Flaco, fotos, recuerdos; impecable.
Una de las cupé Fuego de TC2000, la corrió en 1993.

El tan pintoresco lugar puede visitarse en ocasión de los encuentros pautados y convocados desde el espacio de El Galpón en la red social Facebook, «Hasta ahora todos los encuentros que organizamos salieron bárbaro; con la capacidad para la gente a full, disfrutaron el lugar y vienen de todas partes, es increíble». Los que llegan para conocer el templo del Flaco, pasan un día con Juan María como anfitrión y además, disfrutan del infaltable asado en un sector especialmente acondicionado decorado con cuadros, fotos y más trofeos. Y para destacar, el costo de lo abonado por los visitantes (300 pesos), es destinado en su totalidad al hospital de Ramallo.

El R-18 con el que inicio su exitosa etapa con el Rombo en TC2000, fue en 1985 cuando dejó Ford y pasó a Renault.
El BMW Serie 3 de Top Race, con este auto en 2003 alcanzó el tercer y último campeonato en Top Race.

El Galpón cobija a principales autos que condujo Traverso a tantos éxitos en el automovilismo argentino en Turismo Carretera, TC2000, Top Race, Rally y como te decimos, trofeos, copas y distinciones para todos los gustos. «Fueron 35 años corriendo, en el ambiente del automovilismo, una epoca extraordinaria; cuando pienso que corrí durante 35 años me digo a mi mismo: «tuve que estar loco, ja!», comenta y al toque, detalla lo que encontrás en el museo, «están los principales autos que manejé en mi vida, desde el Torino (foto portada) con el que debuté en TC en Pergamino en el 71, un auto que me dio Marito García (uno de sus amigos y conocido corredor de aquellos tiempos) cuando pasó a correr con Chevrolet, hasta el Torino que usé en mi ultima carrera en el 2005 en Olavarría. Sí, ¿te acordás?, el día que me levanté a la mañana temprano en el mismo autódromo y me dije, «ya esta me bajo, no corro mas, y no corrí más». También encontrás el Rambler Ambassador color verde en estado de restauración, «je!, era de mi viejo, hace unos años me avisaron que el auto estaba en Santa Fe, lo fuí a ver y en efecto era el de mi viejo y lo compré. Me salió más caro que alguno de mis autos de carrera, ja, ja». Y otro coche es el Jaguar de uso particular del Flaco en los años 90, originalmente color verde inglés, ahora pintado de negro, «a mi hijo Juan Cruz se le ocurrió pintarlo de negro, en fin; ¿que le dije?, no sabía si felicitarlo o «matarlo», je!»

El Jauguar XKR de los 90, su auto particular. Aún lo conserva, ahora pintado de negro y autografiado por el mismo.

Traverso mira al Toro nº9 de TC de la última carrera en Olavarría, y confiesa sobre su retiro lo que pocas veces ha dicho, «yo sentía que iba a empezar a sufrir si seguía corriendo, ya había dado todo creía, y entendí que era una etapa cumplida. Sentí que el automovilismo en que estaba participando era distinto al que a mí me gustó siemrpe, al de mi época; no sé, más profesional, en donde el piloto estaba perdiendo la importancia fundametal que debería seguir teniendo, algo que pienso y nunca me voy cansar de repetirlo, y fue quedando relegado con el paso del tiempo. Las maniobras que yo hacía no las hacían los chicos, los pilotos nuevos; se conducían de otra manera en la pista, que se yo; me dije, voy a sufrir y la verdad, no tenía ganas y listo, me bajé. No quise hacer la de varios campeones, que volvieron a correr y tiraron a la basura todo lo bueno hecho en muchos años».

Con este Renault 18 brilló en una edición del Rally de Argentina 1988, llegó 6º. Había sido del ex presidente Carlos Menem en sus épocas de corredor de autos.

El retiro, al concretarlo, le planteó una vida nueva, desconocida, «Y sí!, de andar de un lado a otro del país todos los fines de semana, a quedarme en casa y mirar las carreras por televisión al domingo siguiente. ¿Cómo fueron los primeros tiempos luego de mi retiro?, y raros je!. Llegaban como te digo, los fines de semana y no iba a correr como lo había hecho gran parte de mi vida, fue raro; pero bueh, empecé una vida nueva más allá que mi pasión, la que siempre sentí por el automovilismo y por la que dí todo, la mantuve y la sigo teniendo, te lo aseguro. Soy un fanático de vivir haciendo lo que me apasiona», firma Juan María mientras le pega otra mirada a sus autos, como fugazmente quizá, recordando momentos vividos que quedaron en la memoria de miles de hinchas del automovilismo y del deporte.

Mirá esta última foto del sector donde terminan de alistarse otros coches de Traverso. Ves el 405 que corrió como campeón en Top Race en el ´99. Atrás a la derecha, un Citroen C5 también de Top Race de 2005, con los colores de River, cuando los autos representaban a clubes de fútbol. Al otro lado, sin capot, la cupé Fuego de aquella memorable carrera de TC2000 en General Roca, cuando ganó con el auto en llamas en abril del ´88, al lado la Chevy y el Honda de TC2000.

Es el Galpón del Flaco, sin dudas, su lugar en el mundo.

 

Fotos e imagenes: visionauto

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