UNA FIERA QUE PERSEVERÓ.

“¡Campeón!”. Finamente Leonel  Pernía pudo pegar ese grito que durante tantos años tuvo que contener con sus 6 subcampeonatos (3 en Súper TC 2000, 2 en el TC 20001 en Turismo Nacional) y que un par de veces estuvo a punto de soltar. Y si bien no fue en el Súper TC 2000, como íntimamente hubiese querido para reivindicarse de sus más duras y recordadas frustraciones (Potrero de los Funes 2010 y San Luis 2015), ni en el siempre atrayente Turismo Carretera, no habrá que desvalorizar esta conquista en la clase 3 del Turismo Nacional, una categoría que por encima de sus particularidades es competitiva y donde también conviven  pilotos de su nivel (Werner, Chapur, Santero, Castellano, Moriatis, Urcera, Yannantuoni, Muñoz Marchesi) con los que en otros fines de semana Leo se mide en el TC y Súper TC 2000.

Perna (Honda Civic) circuló entre Santero y Pezzini hasta su abandono por rotura del motor. Igual le alcanzó para ser campeón al no lograr Chapur (5º) la victoria que necesitaba.

Paradojicamente Pernía llegó a la esperada consagración sin ser el que sumó más puntos en el campeonato. Ese lugar  fue de Facundo Chapur (Citroen), quien ante el abandono de Leo por rotura del motor, y con su 5º puesto, llegó a los 248,50 puntos, apenas 0,50  más que el Tanito. Lástima para el cordobés que le faltó la obligatoria victoria que criteriosamente el TN impuso el año pasado en su reglamento. Consagración automática para Leo sobre el Honda Civic del Chetta Racing mientras que para Werner en su despedida de la categoría quedó el triunfo sobre el Fiat y el lamento d algún punto perdido ya que apenas medio unidad (247,50) lo separó de Pernía.Asi en un punto quedaron encerrados Chapur, Pernía y Werner en una definición más reñida en los números que en la pista.

Por su capacidad, dedicación, profesionalismo y garra merecía este festejo mayor un Leonel Pernia que a diferencia de sus colegas no tuvo la cuna deportiva de los fierros, ni subió por los escalones iniciales del karting o los monopostos. Su origen era futbolístico y pasó al automovilismo, siguiendo ya con 25 años, los pasos de su padre Vicente en un camino que luego continuó su hermano Mariano. Por eso mucho lo miraron con cierto recelo cuando llegó al mundo de las carreras. No fue el caso del siempre inquieto Victor Rosso, quien le dio la gran oportunidad al incorporarlo en el 2007 a su equipo Honda del por entonces TC 2000. No se equivocó. Desde allí Pernía comenzó a construir su lugar en el automovilismo nacional, que sin  ser supremo, es mayor al que muchos suponían cuando lo vieron llegar. Es su gran mérito.

Perder el título de Súper TC 2000 ante Néstor Girolami en la fecha final en San Luis 2015 fue una de las grandes decepciones para Pernía en su largo camino por lograr una corona en el automovilismo nacional.

Así desde hace unos años Leo se convirtió en un permanente animador en todas las categorías en la que compitió con triunfos, buenas actuaciones y protagonismo en la lucha de los distintos campeonatos. Sólo le faltaba descargar el grito de campeón. Por fin lo soltó en Viedma con el TN. Y si como dicen los pilotos, el primer título de campeón es el que rompe la barrera para otros, tras este festejo, Leo podrá ilusionarse con hacer realidad esas reivindicaciones que todavía tiene pendientes.

 

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Fotos: Prensa APAT y Súper TC 2000.

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