A LOS 48 AÑOS.

Rubens Barrichello transita su madurez conductiva y refleja la envergadura que lo llevó al máximo que aspira un piloto, la Fórmula 1. La reciente victoria en Top Race en el Autódromo de Buenos Aires con el Toyota Camry, primera vez en la Argentina, ratificó que Rubinho sigue siendo cosa seria arriba de un auto de carrera.

Recién superado por Kimi Raikkonen en el número de grandes premios largados en F-1 (323 a 322), representa otra señal del prestigio acumulado. Hiper profesional, con un costado humano destacable, el brasileño no para y va por más.

Rossi y Barrichelo, al momento del festejo.

En el Gálvez le ganó el mano a mano a Diego Azar que lo siguió a paso firme pero no pudo con el. El podio completado por Matías Rossi en el otro Camry oficial. Barrichello feliz por ganar en Buenos Aires, no se quedó en el festejo, elogió a Azar su contrincante principal y agradeció a Rossi por lo que le aportó para entender al Camry así como al Corolla de Súper TC 2000.

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Reiteró como cuando corrió en el Super, sus deseos de continuar aprendiendo, con las ansias y humidad de tantos que acumulan sueños; sueños como los que pudo concretar Rubinho

Bem vindo Rubens.

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