LLOVIÓ Y BASTANTE

Cayó en un punto intermedio de la mañana esa lluvia, porque no apareció temprano como temían los organizadores pensando en que debilitaría la concurrencia, pero tampoco a las tres de la tarde como el sábado se ilusionó Antonio Abrazian el presidente del Súper TC 2000 quien tuvo en esta carrera su primer gran desafío desde el lado institucional.

Hubo mucha agua en la pista del Gálvez que aguantó pero no disimuló algunas falencias.

 

Sacó adelante la categoría un fin de semana en el que había puesto muchas expectativas, tal vez demasiadas, y que arrancó complicado por la anunciada posibilidad de lluvia y el inesperado inconveniente con los nuevos motores.

Este último punto tuvo una solución de emergencia con el cambio de los impulsores afectados decidido en la noche del sábado y que en algunos casos como pasó con los mecánicos de Renault, equipo que cambió cinco de sus seis motores, hizo que sus mecánicos tuviesen pocas horas de descanso. Finalmente se salvó la situación, pero para el futuro el tema de los nuevos motores exige una solución más prolija. Para hacerlo hay un mes de receso hasta la próxima fecha  con la tradicional cita nocturna en el callejero de Santa Fe.

Sin ser desbordante, el marco de público que rodeó los 200 Km fue muy bueno, teniendo en cuenta un día desapacible y la amenaza de lluvia. El optimista cálculo oficial lo estimó en unas 45 000 personas. Por encima de la precisión del número, resultó gratificante ver tribunas pobladas como hace rato no se veían en una plaza dífícil como el Gálvez. Volver a llenar la tribuna de la horquilla, la más raleada, es el desafío planteado para la próxima edición. Mejorar la pista e infraestructura, que siguen casi como antes de este retorno,  es una obligación.

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Los pilotos se mostraron ante el público en el bus descubierto "bendecido" por el Papa Francisco.

 

La postergación de la lluvia para el mediodía favoreció la concurrencia pero deslució la carrera. Esa lluvia cayó a poco de la largada y en algunos momento resultó tan torrencial que complicó el tránsito y la visibilidad y obligó a la entrada del auto de seguridad. Se mantuvo ocho vueltas, las suficientes para congelar el trámite de la carrera  que por entonces con los invitados Guillermo Ortelli y Gabriel Ponce de León en los primeros lugares permitía intuir el duelo futuro de los titulares Agustín Canapino y Matías Rossi.

Lo hubiésemos tenido porque empezó a perfilarse cuando comenzó a descongelarse el desarrollo de la carrera, pero fue ahí fue cuando cayó la de a cuadros respetando la alternativa de 80 minutos como lapso máximo colocado para cumplir con los tiempos televisivos esa cadena condicionante que el automovilismo se puso desde que se entregó a los encantos de las luces teelvisivas que como muchos otros no siempre se plasmaron en hechos .

No se objeta la decisión de dar por finalizada la carrera al cumplirse uno de los plazos fijados. Mucho menos se discute la determinación de neutralizar la carrera, ante una situación que  lo pedía por la torrencial lluvia y la escasa visibilidad que ya empezaban a provocar choques y despistes. Si, se plantea la posibilidad de buscar una alternativa para que en el futuro pueda cumplirse la distancia establecida y no, que como ocurrió esta vez, los 200 Km sean reales y no 147,532.  Unos 53,648 Km menos o sea poco más de un 25% del total del recorrido profusamente publicitado. Es bastante.

 

La exhibición de Pechito, el cordobés acelerá a fondo como si largara el Citroen C-Elysée con el que ganó los dos campeonatos del Mundial de Turismo. El auto puede quedar en el país, destinado al museo de Pecho que construyen en Río Tercero.

Esas alternativas podrían darse imitando lo implementado algunas veces por la Formula 1 con la detención de la carrera y su posterior reanudación al normalizarse la situación climatológica. O con el simple cumplimiento de la distancia fijada sin poner límites de tiempos. Algo a lo que podría llegarse  colocando a la carrera como exclusivo espectáculo del domingo, sin las categorías teloneras que podrían correr el sábado, y con un buen margen de tiempo en las transmisiones televisivas que eviten los recortes o cierres de apuro que dejan a los  televidentes con ganas de ver y escuchar algo más.

Esta exclusividad podría provocar también que luzcan más los otros contenidos de espectáculos. En este retorno al Gálvez fueron aciertos la exhibición de Pechito López sobre su Citroen del Mundial de Turismo y el paseo  de los pilotos en el bus descubierto, pero faltó algo más. Por ejemplo una mayor participación pública de históricos de la categoría (Traverso, Bessone, Maldonado), el automovilismo e incluso del deporte en general.

Valió el intento de recuperar los 200 Km de Buenos Aires, y sacó el aprobado en su realización. Sin notas brillantes pero suficientes para que merezcan, por un lado,  la confianza futura del público para apoyar su continuidad y, potencien por el otro, el trabajo de los dirigentes para corregir los errores.

 

Por Miguel Sebastián

Fotos: Mónica Paz

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2 COMENTARIOS

  1. Si alguno fue al autodromo, es increíble que el relator diga «El Autodromo se vistio de gala..», era la misma porquería de hace años, no hicieron nada. Mas allá del clima que no acompaño, el autodromo esta igual o peor que hacia tiempo.
    Lamentablemente una autentica porquería.

  2. Si se pudo correr con tanta lluvia, el autódromo no está tan mal como nos quieren hacer creer para justificar un emprendimiento inmobiliario, en beneficio de unos pocos y mansillando buena parte de la historia de nuestro automovilismo.- Alguna vez quienes integran la CDA y la CD del ACA demostrarán tener algún valor como personas o dirigentes?

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