NADA DE LAMENTOS.

Cuando todo pintaba color de rosa para el Juncos Racing de cara a la clasificación para las 500 Millas de Indianápolis de la IndyCar, Kyle Kaiser perdió en control en a 370 km/h y estampó el auto contra el paredón de la curva 3.

Primero, mirá el tremendo accidente:

Si bien la preocupación inicial pasó por el estado del piloto, que terminó sólo con un fuerte golpe en la pierna, luego hubo que poner mano a la obra para tener listo el auto para las sesiones de clasificación del fin de semana. Para esto, trajeron el auto que había usado hace un mes y medio en el COTA (Austin) y trabajaron a destajo para dejarlo listo; el Juncos Racing en pleno, personal abocado a IndyCar, IMSA, Indy Lights y USF2000.

«Hay que arrancar de cero, y estamos con el auto que usamos en Texas, y no es lo mismo porque el otro coche es el que preparamos desde el año pasado para Indianápolis. El auto lo vamos a armar acá porque lo teníamos en el trailer. No iremos al taller, tenemos todo acá en los boxes, y si bien estamos a cuatro cuadras, sólo iremos si hay que armar los portamasas o algún componente, y lo traeremos al circuito«, señaló el argentino Ricardo Juncos, dueño del equipo.

Y después de una noche sin pausa y trabajo contrarreloj, el auto estuvo listo para salir a clasificar con Kaiser. El Juncos Racing puso el alma para que el monoplaza estuviera lista, un equipo con la impronta de tantos equipos argentinos que ante contratiempos serios,  jamás bajan los brazos.

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Fotos: Juncos Racing.

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