EN ESTADO DE GRACIA.

Ya ganó en el TC, viene de dos consecutivas y tres en el año en el conflictuado Súper TC 2000, y repitió triunfo en el Top Race para no sólo refrendar lo conseguido en Salta la fecha anterior, sino también para meterle presión -mucha- al campeón Franco Girolami. Por eso, no quedan dudas de que Matías Rossi «está en su salsa» y, así, es más peligroso aún para sus rivales.

Le había costado al Misil el primer éxito del año en la categoría. Con cinco podios en las primeras cinco fechas, siempre le faltaban «cinco para el peso». Pero en Salta se sacó la espina y, en San Nicolás, volvió a demostrar que con un Camry demoledor le ganó la pulseada, ni más ni menos, que a Agustín Canapino, que lo aguantó hasta donde pudo pero que, como bien dijo el arrecifeño, «hicimos una carrera perfecta, pero el auto de Rossi tenía mucho mejor ritmo que el nuestro». Así, el arrecifeño se resignó a terminar como escolta.

Jugada clave, Rossi paró a cargar nafta antes que Canapino puntero, cuando lo hizo luego el Titan al regresar perdió la punta con el Misil

«En el inicio pude atacar firme a Canapino cuando era segundo y en función del ritmo que teníamos, que fue impecable, pudimos trazar una gran estrategia para diagramar el triunfo. Después de la detención en los boxes y con el estupendo rendimiento del auto, pude concretar el objetivo que siempre nos fijamos, que era ganar y descontar puntos en el torneo», declaró Rossi, que ahora va por todo.

¿Y Girolami? Fue el protagonista del gran susto del día al quedar cruzado en medio de la pista apenas largada la carrera, tras un toque del Monito Altuna que lo dejó «entregado» en la primera curva, a merced de más de 30 autos, muchos de los cuales le pasaron muy cerca y que, por un momento, presagiaron una tragedia que, por fortuna, no fue.

Acá, el escalofriante momento:

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«Creo que tuve un Dios aparte y mucha suerte de que nadie me impactara. Es un momento que todos los pilotos intentamos evitar. Pasó y fui a pedirle a los comisarios, sin dar nombres, que al que me chocó le dieran mano dura, porque estar arriba del auto fue muy duro», explicó Franco, quien detalló cómo se generó la maniobra: «Pico mejor que Canapino, llego a la par y freno para meterme atrás de él e intentar hacer una tijera, él se da cuenta de eso y frena, a mi criterio en demasía, y ahí siento un golpe de atrás que me sacó el volante de las manos. Perdí el auto y de ahí a rezar esperando el golpe, pero tuve suerte».

El Monito, quien había finalizado tercero -su lugar lo heredó Diego Azar– y cayó al puesto 12 por el recargo de 30 segundos debido a la maniobra en cuestión, tuvo una visión diferente del asunto: «Franco se viene sobre mi auto cuando intenta hacer la tijera a Canapino, sin advertir que yo ya había iniciado la maniobra de superación sobre él. En ningún momento fue mi intención perjudicarlo, no es mi estilo ni el estilo del equipo Toyota. Fue un toque desafortunado, pero en ningún momento con intención de perjudicar”.

En definitiva, con la remontada y el quinto puesto final, Girolami sigue liderando el campeonato con 176 puntos, Rossi tiene 173 y Canapino 155, cuando restan cinco fechas para que se termine la temporada.

Compartiendo pista con el Top Race, el Series tuvo como vencedor a Tomás Brezzo, escoltado por Eugenio Provens y por Bruno Boccanera, que recuperó la punta del torneo. En el Junior, triunfo de Ariel Persia, seguido de Rodrigo Ortega y Lucas Gambarte.

La próxima, el 1 de septiembre en el Hermanos Emiliozzi de Olavarría.

 

Fotos: prensa Top Race.

 

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