LA VOLUNTAD DE ALEX ZANARDI de volver al automovilismo tras haber ganado un par de medallas de oro se volverá real y a lo grande, parece.

El ex piloto italiano dejó el automovilismo en 2009 para dedicarse de lleno al deporte que abrazó con pasión, la bicicleta de manos. Pero como ya llegó al techo de rendimiento en esa especialidad, precisaba un nuevo desafío. Lo dijo claramente: quería volver a correr.

Se dijo que su amigo Jimmy Vasser podía cederle un auto de su equipo, el KV Racing, para intentar volver a Indianápolis. Eso fue al poquito tiempo de que Zanardi ganara dos medallas de oro y una de plata en los Juegos Paralímpicos de Londres, en Brands Hatch. La especie se diluyó.

Pero lo que orienta al italiano en este momento como proyecto es tan bueno como la IndyCar. La BMW, que este año regresó al DTM tras varias décadas de ausencia, aumentará para el año que viene su dotación de seis a ocho coches, para medirse mano a mano contra Mercedes y Audi.

Eso implica que habrá dos M3 más en las pistas del Campeonato Alemán de Turismo. Y Jens Marquardt, el director deportivo de la casa de Munich, ya lo dejó claro: aspira a que Zanardi sea uno de los pilotos que se sumen.

El italiano había ganado su última carrera con un BMW 320 en el Europeo de Turismo, en 2007, dos años antes de retirarse, ya con las prótesis en sus piernas. Si se concreta esta rentree, sin duda hará mucho ruido. 

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