COMO EN CASA.
Así parece hallarse José Manuel Urcera cada vez que corre en el Autódromo de Viedma, la ciudad rionegrina, distante unos 180 Km de su San Antonio Oeste natal. Una nueva prueba ha sido la segunda pole lograda en el TC, para la apertura de la temporada 2019, que repitió la inicial conquistada hace dos años en el mismo escenario sureño. Por si fuese poco esa gran relación con el circuito de Viedma hay que sumarle al palmares de Manu la pole conquistada en la fecha final del 2018 en el Turismo Nacional hace apenas un par de meses.
“Esta fue distinta a la que hace dos años hice en el TC, porque aquella fue un poco de casualidad en mi debut con el equipo Las Toscas. En cambio ahora, con el JP Carrera, la obtuve con un auto que alcanzó un gran rendimiento gracias al intenso trabajo del equipo”, destacó Urcera a visionauto, en una muestra de confianza sobre las chances que disponía para abrir el campeonato con una victoria. Ya en el terreno técnico comentó “lo bien que le vinieron al equipos las incorporaciones de Guillermo y Brian Kissling». Se vio además de la pole de Urcera, con el 4º lugar de Guillermo Ortelli y el 5º de Valentín Aguirre, luego retrasado hasta el 17º por el recargo de 6/10 debido al cambio del motor roto.
Elemento mecánico no le faltaba a Urcera con ese Chevrolet veloz y con buen ritmo. Tampoco, una de las pocas excepciones entre los 38 pilotos presentes en Viedma, padece los problemas económicos que aquejan a la mayoría de sus colegas. Igual aclaró que ”los presupuestos los voy aportando carrera por carrera, y tengo todo arreglado por el año en la medida que la situación económica no se complique…”. Ojalá que no, por el bien general antes que nada, pero en caso de complicarse la ya compleja situación, Urcera sería uno de los últimos en resultar afectado, recordando como testimonio de ese gran respaldo económico personal, que hace días volvió de Europa. En el viejo continente, efectuó otra serie de pruebas, por tercer año consecutivo sobre el auto de Formula 2 Europea del Campos Racing en el autódromo español de Montmeló. Según las cuentas realizadas por colegas de Urcera, esas pruebas demandaron una inversión de 100.000 dólares. Por encima de que haya sido mayor o menor, la cifra fue importante para la exigencia del automovilismo nacional.
“Lo hice para prepararme mejor. Andar con autos de gran potencia, aumenta mi sensibilidad y así al volver a manejar coche de turismo, los tiempos son otros y tengo mayores márgenes para las maniobras”, ha explicado Manu sin abandonar el tono correcto pero distante de una charla express, donde ante la pregunta sobre su intención de una incursión internacional reveló que ”me gustaría hacer algo en Turismo Mundial o Indy Car…”.
Son lindos sueños, pero por ahora la realidad lo mostró enfocado en el inicio 2019 del TC, con la posibilidad de arrancar con una victoria en una temporada que espera que sea la que definitivamente lo proyecte al primer nivel de la categoria. “Es mi intención y soy consciente que en esta carrera tenemos el potencia para ganar”, reconoció de la misma manera que vió con agrado la extensión de las finales de 25 a 30 vueltas. “Me gusta e incluso las haría más larga”, proclamó ante las miradas de Facundo Ardusso y Mariano Werner, algo más que sus dos escoltas clasificatorios: se presentaban como sus principales rivales.
(Especial desde Viedma, Río Negro)
Fotos: Prensa ACTC y AIF
Este muchacho tiene menos carisma que BABY ETCHECOPAR y menos muñecas que VENTRICELLI.