LA ÚLTIMA BATALLA.
El trabajo de todo un año tiene su corolario en Paraná. Dos pilotos, también compañeros de equipo, pelean cabeza a cabeza por el campeonato del TC 2000. Otro, espera que la lucha entre ambos le permita llevarse el premio mayor. Y también hay dos más que necesitan de un milagro pero, tratándose de fierros, todos puede pasar.
Rodrigo Lugón capturó la punta del campeonato en la fecha pasada, sitio que le había pertenecido a principios de temporada, para después perderlo en mano de su compañero en el Ambrogio Racing, Nicolás Moscardini. Ahora, el cordobés tiene seis puntos de ventaja pero con un Renault Fluence muy pesado, con 55 kilos de lastre, 45 más que su rival, que apenas carga 10. Encima, a mitad de temporada hubo algunos chispazos entre ambos que, parece, se han subsanado.
Con 16 puntos por recuperar, Matías Cravero llega tercero con el Citroën C4 Lounge y, en cuanto a lastre, viene pesada la cosa: 55 kilos. Los otros dos con chances matemáticas pero mínimas desde los real son Martín Chialvo, cuyo Ford Focus es el más pesado con 60 kilos de lastres, e Ignacio Julián, con un Toyota Corolla que carga 40 kilos. Ambos están a 30 puntos de Lugón con 46 en juego.
«Trato de vivirlo como si fuera una fecha común, pero soy consciente de que hay que arriesgar más de cuenta, porque hay que correr sin guardarse nada, es una carrera definitoria. Desde la primera fecha que todas las noche me duermo pensando en esto, en llegar a esta instancia con chances de ser campeón»,señaló un entusiasmado Lugón.
Moscardini, su compañero y rival, remarcó que «son momentos de mucha tensión, y también de alegría. Tenemos que descontar la mayor cantidad de puntos posibles para poder conseguir el titulo en la categoria».
Menos ilusionado está Cravero, quien sabe que tiene que dejar todo y, además, esperar alguna ayuda: «Estamos muy ansiosos, el auto la verdad que llega muy bien, pero las expectativas que tenemos son muy bajas. Creo que la pelea del titulo esta entre Lugon y Moscardini».
Fotos: prensa TC 2000.