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Sorprendió en plena luna de miel del título de TC Pista y múltiples premios y reconocimientos como “el piloto del futuro”, el divorcio de Mauro Giallombardo de Alejandro Garófalo, el dueño de los equipos en los que corrió con gran éxito (dos títulos) desde que hace tres años ingresó a las categorías fiscalizadas por la ACTC. Y sorprendió más porque Mauro había anunciado a los cuatro vientos su continuidad con el preparador de Quilmes. Pero de repente todo cambió. “Hubo diferencias entre el equipo y mi padre y mi representante, diferencias más personales que económicas” reconoció Giallombardo, meditando la contestación y bastante incómodo al tratar el tema. “Me enteré que estaba en tratos con otro equipo y eso me cayó muy mal” admitió Garófalo, cuidándose en las palabras que el corazón no traicionase a la razón y le hiciera desembuchar toda su bronca. Ambos coincidieron en algo: nada tuvo que ver la llegada de Diego Aventín en el quiebre de la relación. “Me hubiese gustado compararme porque es un piloto de mucha experiencia” dijo Giallombardo. “Lo había hablado con Mauro y me dijo que no tenía problemas en que viniera Diego” contó Garófalo.
No quiero decir ahora que Giallombardo tiene las puertas cerradas para siempre. Sólo digo que fue una etapa que se terminó” –Alejandro Garófalo
Como en la mayoría de los divorcios, hubo otra historia, que por distintos motivos no contaron los protagonistas. Empezó hace unas semanas con las primeras charlas entre Néstor Giallombardo, padre del piloto y Hugo Cuervo, director del Lincoln Sport Group. Amigos de Garófalo lo alertaron sobre encuentros de ambas partes en Avellaneda. Pero el preparador confiado en la palabra inicial de los Giallombardo continuó los trabajos sobre el Falcon para presentarlo con las nuevas formas y colores en la fiesta del martes 21 en la que Mauro celebraría el campeonato de TC Pista. Garófalo empezó a desconfiar a medida que Giallombardo padre no le atendía sus reiteradas llamadas telefónicas. Aprovechó que el sábado 18 encontró a Mauro en la fiesta del piloto de TC Mouras. Santiago Ventricelli, para hacer un nuevo intento. “Podés llamarlo a a tu papá, porque yo nunca lo encuentro…” le dijo serio a Mauro, que no tuvo otra que hacer los llamados. “Me atiende el contestador” le respondió varias veces. Garófalo olió algo raro y en medio de una de esas llamadas, le manoteó el celular a Mauro. “Hola, hola, ¿quién habla, Mauro?” escuchó Alejandro del otro lado de la línea. Era Giallombardo padre… “No, no, soy Garofalo y hace rato que quiero hablar con vos…” le contestó en el arranque de una conversación que fue subiendo de tono, ante la imaginable incomodidad de Mauro. El divorcio ya estaba en marcha y terminó de concretarse dos días después en la reunión convenida por las partes tras un duro diálogo. Garófalo no lo dejó entrar al taller a Giallombardo padre, y sólo lo atendió en su oficina, donde según cuentan, el tenso diálogo no terminó a los golpes por la intervención del socio de Garófalo. La indignación de Garófalo y sus mecánicos creció al enterarse que el acuerdo de Giallombardo para pasar al Lincoln estaba cerrado hace semanas y que sólo querían anunciarlo una vez que pasase la fiesta de celebración del título de TC Pista, donde debían presentar el auto que estaba alistando la gente de Garófalo.
Cuando algo se termina hay responsabilidad de ambos lados. En algún momento me gustaría volver a trabajar con Alejandro” –Mauro Giallombardo
“Apenas se rió un par de veces” contó un amigo de Quilmes, habitué del TC y cercano a Mauro, sobre su estado de ánimo en esa fiesta , donde por supuesto no estuvieron ni Garófalo, ni los mecánicos, ni tampoco el Ford campeón, y donde el ambiente que debía ser festivo se cortaba con un hilo de tanta tensión. Capítulo final para una historia de intrigas y traiciones que terminó con el divorcio menos esperado y que abrió el interrogante sobre los verdaderos motivos de un cambio que si bien lo llevará a Giallombardo a una escuadra de primer nivel lo hará desembolsar el doble (se habla de 200.000 pesos por carrera) del presupuesto previsto inicialmente con su anterior equipo.