APARECIÓ EL PUSH TO PASS.
Inconformista y ultra competitivo como es, Agustín Canapino deslizó una pequeña queja tras su victoria en el Gálvez por la segunda fecha del Súper TC 2000.
“Me hubiese gustado ganar de punta a punta”, dijo sobre un deseo que no pudo cumplir por su exclusiva culpa. “Largué mal, cometí un error”, comentó sin agregados, sobre esa otra mala partida. A diferencia del sprint sabatino, no estaba su compañero Bernardo Llaver para resguardarlo. Estaban ansiosos Facundo Ardusso y Julián Santero. Y no lo perdonaron, se fueron adelante y comenzaron a escribir los capítulos más atractivos de la carrera junto con un expectante Canapino.
Imposible saber que hubiese ocurrido si Canapino largaba bien y conservaba el liderazgo. Tal vez hubiera cumplido su deseo de ganar de punta a punta, la carrera hubiese sido lineal y el famoso Push to Pass, con sus cambios, hubiese sumado otra decepción.
“Ni hace una semana el Push to Pass fue una decepción, ni ahora estuvo bárbaro. La diferencia fue que en la anterior hubo una gran diferencia entre los autos de punta y esta vez el nivel de rendimiento fue parejo” ,explico el Titán, que como buen estratega que es, dosificó el empleo del Push to Pass. Tras la entrada del auto de seguridad por el piñazo de Tomás Cingolani (ileso enhorabuena), supo aplicarlo para superar por adentro a Ardusso y Santero, cuando ambos llegaron muy exigidos a la zona de la horquilla.
Desde ese momento, ningún Push to Pass rival pudo con el contundente andar del Chevrolet. Una muestra de lo que hubiese sido la carrera de haber Canapino mantenido la punta en la largada, y que certificó el concepto previo de Ardusso asegurando que «Agustín tiene un auto de otro nivel, y por eso reguló en la carrera clasificatoria…».
“Como defensor del automovilismo puro no me gusta mucho el Push to Pass, pero lo acepto porqué sé que es un buen elemento para que la categoría mejore sus espectáculos”, opinó y aclaró Canapino ante visionauto, sin abandonar esa latente y entendible melancolía que lo invade desde la muerte de su padre Alberto, a quien agradeció y recordó por la victoria. «Sigue ganando desde el cielo», dijo emocionado, con el dolor a cuesta.
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Mirá el afortunado piñon de Tomás Cingolani.
💥 Fuerte golpe de Cingolani en Buenos Aires.#STC2000BA pic.twitter.com/srer1TGAbR
— Carburando (@CarburandoTV) March 21, 2021
Tomás Cingolani protagonizó el susto del domingo con su despiste y fuerte golpe de frente contra las contenciones. Afortunadamente salió ileso. Igual quedaron dudas sobre la eficiencia de las vías de escape.
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La serena serena satisfacción de Agustín, se contrapuso a los tibios lamentos de sus derrotados Ardusso y Santero. “Me complicó la entrada de seguridad, porque me quedaron pendiente dos disparos del push. Espero que este sabor amargo que por ahora tiene el segundo puesto en poco tiempo sea dulce para reconocer su válor”, contó Ardusso. Copa en mano, un serio Santero admitió “si bien disfruté la carrera por las maniobras, estoy amargado por no haber podido ganar, ya que era una carrera para cualquiera de los tres.”
Era para cualquiera de los tres. Fue para Agustín Canapino, el que quiso y supo como ganarla.
Si no entraba el auto de seguridad, parecia que Ardusso la tenia controlada. Quizas Canapino hubiera intentado acercarse sobre el final, pero no es seguro que lo hubiera podido pasar.
Quedo demostrado que en la categoria hay pilotos de primer nivel (Canapino, Ardusso, Santero, Pernia y el hoy ausente Rossi), otros que son muy buenos pero estan un escalon mas abajo (Llaver, Barrichello, Fineschi) y un tercer grupo que la verdad deja mucho que desear, y en muchos casos no es por el auto que tienen.
Ademas de sumar mas autos, la categoria necesita imperiosamente sumar mas pilotos de punta de primer nivel.
Saludos