DEL DEPORTE ARGENTINO Y DEL AUTOMOVILISMO MUNDIAL.
Carlos Reutemann, el Lole, murió hace un año y su nombre y su figura, perduran y van a perdurar siempre.
El 7 de julio de 2021, a los 79 años, se apagó la vida del Lole en Santa Fe, referente ineludible para el mundo del deporte y del automovilismo nacional e internacional.
La Fórmula 1 le sirvió para llegar a la cima, inolvidables victorias, reconocimiento unánime, así como el recuerdo de haber quedado a las puertas de ganar un Mundial de F1 en 1981, cuando el brasileño Nelson Piquet (Brabham) le arrebató el título por apenas un punto en Las Vegas.
No fue Carlos un «campeón sin corona», sus dotes, capacidad y logros le hicieron exceder ese rótulo como fuera bautizado otro crack como Stirling Moss (fallecido en 2020). El santafesino ingresó en la historia del automovilismo local y de la F-1 por su capacidad conductiva, espíritu deportivo y profesionalismo, más allá del subcampeonato del 81.
Ganó 12 carreras en la Máxima entre 1974 y 1981 y otras 2 sin puntaje en 1972 y 1981. Corrió en cuatro de las escuderías más importantes de la década: Brabham (cuatro victorias), Ferrari (cinco), Lotus y Williams (tres en los 146 Grandes Premios que participó.
Había nacido el 12 de abril de 1942, en la localidad de Manucho, a 30 kilómetros de Santa Fe, en una zona rural en la que su padre, Enrique, y su madre, Flora, araban los campos y plantaban trigo. «Vamo’ a ver lolechones», supo contar Reutemann quien decía de pequeño, en referencia al corral donde se criaban los porcinos, razón por la cual su propia familia le adoptó el mítico apodo de «Lole».
A los 23 años, Reutemann se subió a un Fiat 1500 de Turismo Mejorado, en una carrera entre La Cumbre y los Altos de Punilla, el debut fue con abandono. Ese mismo año (1965), en su segunda carrera, ganó en la travesía organizada por el Automóvil Club Argentino (ACA) en Villa Carlos Paz. Años más tarde pasó brevemente por el Turismo Carretera en 1968, con uno de los recordados Ford Falcon «angostados», junto a Carmelo Galbato con otro Falcon similar.
Comenzó en Fórmula 2 Argentina y ganó su primera carrera en el Oscar Cabalén de Alta Gracia. Eso le abrió las puertas a encabezar más tarde merced a lo mostrado, el equipo del ACA que corrió en F-2 Europea. La excursión en 1970, la comandó Héctor Staffa, con el apoyo de la Secretaría de Estado de Promoción y Asistencia a la Comunidad (SEPAC). Se adquirieron dos chasis Brabham BT30, y seis motores Cosworth 1.6 con 270 caballos de fuerza. En el día de su cumpleaños número 28, «Lole» debutó en Hockenheim, Alemania, y culminó séptimo lugar. Igual no pasó inadvertido. En unas de las primeras curvas tuvo un toque con Jochen Rindt, al intentar porfiarle la punta a quien como el austriaco era considerado el «Rey de la Fórmula 2» y ese año se convirtió en campeón post mortem de la Fórmula 1 tras su muerte en Monza.
Su llegada a la F-1 se produjo en el Gran Premio de Argentina, una carrera sin puntos, el 24 de enero de 1971. Se subió a un McLaren M7 C de la escudería privada de Jo Bonnier y terminó tercero, detrás del neocelandés Chris Amon (Matra) y del francés Henry Pescarolo (March). Sería el inicio de una trayectoria brillante, culminada el 21 de marzo de 1982, en el Autódromo de Jacarepaguá, en Río de Janeiro, en ocasión del Gran Premio de Brasil.
Fotos: gentileza Cora Reutemann