EN FAMILIA.
Así ha recibido el 2023, Carlos Sainz. No quiere decir que dicha celebración lo haya apartado en Arabia Saudita, de su atención en su nueva participación en el Dakar, esta vez sobre un Audi RS Q e-tron. Por el contrario lo ha incentivado, al punto que arrancó con el pie derecho la carrera con su triunfo en el primer parcial por sobre el Hunter del equipo BRX de otro gran campeón mundial de rally, como Sebastien Loeb..
Antes de todo esto, en la medianoche del 31, Sainz recibió en el campamento de Sea Camp la visita de su esposa Reyes y sus dos hijos, uno de ellos nada menos que Carlos, el piloto de Ferrari. Obviamente su presencia no pasó desapercibida y al ver su entusiasmo por la carrera tras seguir en helicóptero la marcha de su padre, no tardó en llegar la pregunta sobre si le gustaría correr el Dakar en el futuro.
“Si estoy aquí es porque me gusta y porque me interesa, no sólo porque mi padre esté corriendo. El Dakar lo vengo siguiendo el tiempo desde que lleva mi padre, desde 2006, así que ya han pasado 16 o 17 años”, respondió Sainz, sin anticipar, pero tampoco sin descartar nada.
Más expresivo, pero no menos prudente fue la opinión de Sainz senior. «Creo que ese momento está planteado. Veremos si llega, pero por ahora es algo que está tan, tan lejos que ni el propio Carlos se lo plantea, ni yo tampoco», dijo papá Sainz, por ahora y con 60 años, el único y eficiente representante de la familia en el Dakar. Si quiere y puede, ya habrá tiempo para su hijo.