EXTENSA, EXITOSA Y CON PASAJES CONTROVERSIALES, A SU CAMPAÑA EN EL TC, LE PONE LA FIRMA POR ÚLTIMA VEZ.
Como un viajero en el tiempo, como aquellos de la recordada serie televisiva de los 60/70, «El Túnel del Tiempo», Omar Martínez luego de atravesar tantas épocas en el mundo de las carreras de autos, esencial y fundamentalmente en el Turismo Carretera, «su» categoría por excelencia y en Paraná, se puso la pilcha de piloto por última vez en la categoría.
En su ciudad por adopción y rodeado por una multidud, muchos quienes más de cerca lo apoyan y defienden, esta vez parecía que luego de su primera despedida, la segunda no tendrá marcha atrás.
El «supremo entrerriano», arriba del Ford Mustang, TC de la nueva generación que coparon la categoría antes de lo pensado, encaró la segunda fecha de la Copa de Oro Río Uruguay Seguros como invitado especial (no sumará puntos). Un dato acaso irrelevante en un fin de semana comenzando con una intensidad que se prolongará hasta cuando sea el momento de la bandera a cuadros dominguera y le pusiera el sello a su carrera como piloto de TC.
Su carrera en el Mustang de Ford, la marca a la que permaneció siempre leal, sumó otro aditamento, inesperado, sorpresivo. Corría en el autódromo del Club de Volantes Entrerrianos que pasó a presidir hace poco, luego de la movida político-institucional que derivó en la salida del presidente anterior, Romeo Pisano, cuestionado en forma muy severa por la ACTC.
Desde la inauguración en 1997 del pintoresco y siempre bien alistado autódromo, ubicado a unos 15 kms de la capital entrerriana, el Gurí ha dado miles de vueltas al circuito y con distinto tipo de autos; corriendo o probando. Y a partir de la primera fecha del TC en esa plaza, 10 de agosto de ese mismo año, el «Gurí» tuvo asistencia casi perfecta.
En esa primera carrera en el ´97, Martínez llegó segundo; escoltó al Flaco Traverso vencedor, en tanto el podio lo completó el malogrado Raúl Petrich. Cinco años más tarde, en 2002, volvió a subir al podio en su tierra al culminar segundo, detrás del ganador a Guillermo Ortelli y con el Pato Juan Manuel Silva tercero a sus espaldas. Solamente no corrió en TC en Paraná en 2010, mientras que en 2012 no largó la final, fue debido a un toque con Juan Bautista De Benedictis, que le valió la exclusión en su serie.
En cuatro de las ocasiones que el TC visitó Paraná como lo ha hecho este fin de semana, subió al podio. Y con el número 1 en los laterales del Ford Falcon, su primera victoria como local se le dio en 2005. Fue un 28 de agosto por la 11ª fecha del campeonato. En la final peleó duro con José Luis Di Palma, su escolta mientras que Diego Aventín culminó tercero. El Gurí repitió el triunfo en2015, en la novena fecha, seguido por Santiago Mangoni y Facundo Ardusso.
A fin de ese año, lograría su segundo título de campeón en Buenos Aires. Conquista que quedaría manchada por las sospechas surgidas en torno al motor de su auto, sindicado como fuera de reglamento. Sensaciones que recobraron fuerza cuando al año siguiente, luego de la final en el Autódromo de Concordia a mediados de esa temporada, cuando tras largos y tensos conciliábulos, un piloto (siempre se habló del Pope Bonelli), alertó que el impulsor del Gurí estaba fuera de reglamento. Revisado, luego fue excluído y reaparecieron con fuerza los fantasmas agitados una vez finalizado el campeonato 2015.
A las muy buenas actuaciones y triunfos del Gurí Martínez en Paraná, también acompañaron días esquivos y difíciles, como aquel domingo de abril de 2006 cuando tras llegar tercero en la carrera que ganó Norberto Fontana, resultó desclasificado porque a la caja de velocidades del Falcon le faltaba la marcha atrás… Más duro fue el golpe en 2008. luego esa victoria lograda en pista que se le esfumó por iregularidades técnicas en el motor de su Ford que consagraron vencedor a Eduardo Ramos.
Historias de un corredor como Omar Martínez, sin dudas, un arquetipo del TC. El Turismo Carretera lo aguardó para la gran despedida luego de 368 carreras, al cabo de 22 años corriendo en la categoría. Y las estadísticas lo encuentran entre los más ganadores con 33 victorias, y dentro de los seis pilotos con más triunfos en la historia teceísta. A los 58 años, dejaba a un lado su condición de piloto, para continuar al frente de su equipo como director, y con un alumno que lo desvela, su ascendente hijo Agustín.
Fotos: prensa ACTC
Lo que no superó es la balanza.
Eso por ver mucho el programa de Cormillot, cuestión de peso.
Un poco de humor no está de más, por otro lado los antecedentes no le juegan a favor.
Excelentísimo piloto, prolijo, fino, cuando corría en la fórmula era un lujo verlo doblar por la trayectoria ideal cuando al resto le costaba.
Pero un día desbarrancó muy feo y con ese antecedente va a tener que lidiar de por vida.