INNUMERABLES ANÉCDOTAS Y EPISODIOS, ACUMULADOS EN EL TURISMO CARRETERA A LO LARGO DE SUS 88 AÑOS CUMPLIDOS HACE POCO.
Fijate la que te contamos. Corría el año 2005, pleno y como indica su historia, vertiginosa y conversada temporada. Jorge Silva, el reconocido preparador especialista en tapas de cilindro y múltiples de admisión hasta la actualidad, prosiguiendo en su faz de trabajo y desarrollos en su laboratorio de Villa Lynch, sin acudir a las carreras.
Con el Pincho, dupla de preparadores.
Silva fue campeón en 2003 como co-responsable de la motorización del Dodge de Tito Bessone, coronado esa temporada. Retirado de los autódromos desde 2007, acentuó el apoyo a sus hijos, Marcelo y Mariano también preparadores a partir de temporadas más recientes (de Lautaro de la Iglesia en TC entre otros).
Su último cometido a full en TC, lo cerró junto al Oscar Castellano, cuando ambos atendieron el motor Cherokee del Torino de Patricio Di Palma, luego de haber comenzado a principios de los ´90, como «alumno» del gran Omar Wilke, uno de los más brillantes que supo contar el TC (con quien se asociaría en 1992).
El preparador en el programa televisivo mencionado en el 205. «Los cobardes…
«Mi planteo fue «motivador», ocurría que Patricio Di Palma ese año se armaba motores, y si bien no eran como los nuestros en cuanto a la potencia y confiabilidad que logramos tener el Pincho Castellano y yo, los motores del Pato iban bien y tenía que seguir metiéndole con todo para adelante, por eso cuando hablamos en un autódromo en el momento que el se desvinculó de nuestra preparación, le tiré la frase de «los cobardes no hacen historia», para que se decidiera a usar sus propios fierros», recuerda Jorge.
Aquel dicho del preparador dio tela para cortar incluso en medios periodísticos, como el programa televisivo «Primera Vuelta», conducido en esos años por el periodista Fernando Tornello.
«Entre paréntesis digo, fui yo quien dijo la frase por primera vez, pensada y convencido de lo que encierra», remarca Silva. «Después la frase con el transcurso del tiempo comenzó a utilizarla en el automovilismo por la hinchada de Chevrolet, y hasta apareció en algún auto de TC como fue el caso del Chevrolet de Agustín Canapino en la luneta, cuando volvió a correr en la categoría tras correr en la IndyCar. Y bueno, fue trasladándose a otros ámbitos como el fútbol por ejemplo. ¡Es que tiene un sentido muy importante, en la vida jamás hay que rendirse!».
«Los cobardes no hacen historia», lleva a reflexionar más allá del automovilismo, acerca de la vida misma, de sus avatares y de los permanentes desafíos que plantea. Indica como cita, un llamado a tomar impulsos y refleja la inclaudicable actitud que hay que mostrar a diario; indica que no se debe retroceder, nunca ceder ni bajar los brazos; la consigna permanente: Avanzar.
«Sí, esta frase me ha acompañado a lo largo de mi vida y en mi carrera profesional, y nunca dejaré de llevarla conmigo», enfatiza. En lo mío nomás, desarrollar los elementos para que los motores de competición sean competitivos, se requiere de valentía y sacrificio y en ese sentido, son mis leit motiv. El éxito no llega por efecto de la famosa «suerte», el éxito es ni más ni menos que el resultado del esfuerzo hecho a lo largo de días, meses y años de trabajo duro».
Agustín Canapino cuando volvió al TC luego de su paso por IndyCar, puso la frase en el Chevrolet.
«¿Hay valientes en el automovilismo argentino?», se pregunta Silva, «claro!, hay valientes en todas las áreas, si no los hubiera tantos estarían condenados al fracaso!, a esa valentía hay que saber utilizarla en el mejor sentido».
Reitera Silva, el hombre de quien algunos se acordarán en esos años de inicios de la década del 2000, acaso transgresor con su pelo largo y el inconfundible sombrero alado que no lo abandonaba. «La frase de la que estamos hablando ahora, reitero la inauguré en el 2005, y como un mensaje para incentivar a la gente que trabaja en el automovilismo, entonces digo, «¡bienvenido a todo aquel que la use con ese fin!».
