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UNO PARA GANAR, OTRO PARA TENER A RAYA A LOS McLAREN

Las cuentas de Max Verstappen no son tan malas como las del gobierno argentino, pero tampoco son una invitación a seguir descorchando champán. Está a 69 puntos de la vanguardia del torneo cuando quedan 199 en juego y la idea de que el RedBull RB21 va a seguir comportándose de la manera en que lo hizo en Monza y en Baku es difícil de tragar. Eso en el corto plazo.

Pero el neerlandés –ya no hace falta explicar por qué- es el mejor piloto de la Fórmula 1 actual, teniendo en cuenta lo que es capaz de hacer con la herramienta de la que dispone, y por lo tanto nadie debería descontarlo ni bajarlo de la discusión.

Si Verstappen terminara todas las carreras que restan (incluidos tres Sprints) delante de Oscar Piastri, aun así el australiano sería el campeón mundial. Pero para ello, el RedBull tendría que vencer en pistas que no le son favorables, como Singapur o Qatar.

Sin embargo, sería campeón mundial si todo lo que falta terminase con el siguiente resultado:

  1. Verstappen
  2. Norris
  3. Piastri

Es muy improbable, pero no imposible; en ese caso, el torneo acabaría así:

  1. Verstappen: 471 puntos
  2. Piastri: 447
  3. Norris: 446

Para eso, Norris tendría que terminar siempre delante de Piastri, lo que supone que no habría órdenes de equipo en McLaren, lo que también es arduo de pensar: al final, ante la eventualidad de que Verstappen les robe el título, el equipo de Zak Brown priorizaría los resultados del piloto australiano.

Lo que nos lleva a la conclusión del título: Verstappen precisa un clon para restarle puntos a los McLaren. Podría ser un número 2 más eficaz; Yuki Tsunoda logró en Baku su mejor resultado del año, pero no es tan confiable ni mortífero como el número 1.

Con dos Verstappen en carrera, los McLaren podrían ser mantenidos a raya: nunca más allá del tercer escalón del podio. Y allí las cuentas tendrían otro sentido, un sentido más real.

Ello nos muestra el revés de la trama. RedBull adoptó otra tónica de trabajo desde que Laurent Mekies, de profesión ingeniero, reemplazó a Christian Horner: menos simulador, más puesta a punto, menos virtualidad y más ingeniería en el terreno. Eso condujo a la súbita readecuación del RB21 y sus éxitos recientes: dos victorias consecutivas, tres carreras sin bajarse del segundo lugar, en un periodo en el que los McLaren se rompen o chocan.

Pero la filosofía que se mantiene, la de un equipo con un solo piloto al que atender, es lo que conspira ahora contra las posibilidades de ese piloto. Aunque Mekies es un poco más contemplativo con Tsunoda -con quien trabajó largo tiempo en Racing Bulls-, la brecha entre el 1 y el 2 es demasiado grande. Ahora, que el equipo necesita tener algo parecido a un Juan Segundo Verstappen, no dispone de él.

Además, ese panorama no tiene en cuenta lo que pueda hacer McLaren, que sigue siendo el auto de mayor performance de la F-1 2025, aunque en Baku mostró que en curvas lentas no dobla tan bien como el RedBull. Pero habrá pistas como Singapur o Qatar, acaso Austin y Abu Dhabi, dónde tendrá las cartas más favorables por cuenta de las características de esos circuitos.

Algo es cierto: aquella soberbia que el equipo de Woking mostró, al punto de anunciar públicamente que manejarían los festejos del equipo, debe haberse ingerido en silencio con el tradicional Humble Pie (pastel de la humildad) del dicho británico. Brown y Stella deberán rever algunas políticas para estos últimos siete fines de semana de Fórmula 1 en 2025.

22-9-25

 

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