PRUEBA ESPECIAL
Julio de 1981, rally Codasur en la Argentina por el Campeonato del Mundo. Al Talbot Sunbeam Lotus Nº 2, manejado por el francés Guy Frequelin, lo navega su compatriota Jean Todt. Un minuto atrás, el finlandés Ari Vatanen conduce el Ford Escort Cosworth Nº 3. Casi tres décadas después, lejos de los caminos tucumanos, Todt –ex director deportivo de Peugeot, ex presidente de Ferrari– y Vatanen –ex miembro del Parlamento europeo, ex ganador del Dakar– vuelven a cruzar sus destinos, a competir por el mismo premio. Esta vez van por la presidencia de la FIA.
El actual titular de la organización, Max Mosley, eligió a su sucesor. Después de acordar con los equipos de Fórmula 1 que no se presentaría a una nueva reelección al cargo que ostenta desde 1991 y de desdecirse poco más tarde, amenazando con ignorar su compromiso, finalmente y a punto de cumplir los 70, Mosley dejará el cargo del que prácticamente lo han desplazado.
Pero no sorprendió a casi nadie seleccionado como delfín al francés Todt, que desde hace tiempo que viene haciendo campaña: en abril estuvo en Buenos Aires haciendo discretos sondeos. La relación de Mosley y Todt es tan fluida que durante años hubo un acuerdo secreto entre la FIA y Ferrari, la organización a la que por entonces representaba el francés, según el cual el equipo italiano no sólo tenía un asiento permanente en la Comisión de Fabricantes de la FIA sino que poseía derecho a veto sobre cualquier reglamento técnico de Fórmula 1, una posibilidad cuya existencia sólo conocían ambos y que recién se develó este año, cuando Ferrari lideró con fuerza a la Asociación de Equipos de Fórmula 1 (FOTA) hacia la probable creación de un campeonato paralelo.
«Creo que los objetivos de aquellos que fueron lo suficientemente gentiles de apoyarme pueden ser alcanzados si eligen a un equipo fuerte, experimentado y competente –dijo Mosley en una carta que envió a todos los miembros de la FIA–. Creo que la persona indicada para encabezarlo sería Jean Todt.»
Vatanen criticó el respaldo que Mosley le dio a Todt. “No es bueno cuando un líder ocupa un cargo durante tanto tiempo y cuando eso ocurre, lo mejor es cambiar -señaló- Yo represento ese cambio, una nueva era con mayor frescura. Por el contrario -criticó- Todt representa la vieja época, y no está bien que Max (Mosley) quiera imponer un nuevo líder. La FIA no es un reino; es una república en la que los líderes son elegidos democráticamente”.
El finlandés, de 57 años, cuenta con el apoyo de todas las asociaciones que quisieron deponer a Mosley cuando éste se vio involucrado en un escándalo sexual, en marzo de 2008. Se embarcó en esta campaña luego de que no fuera reelegido en el Parlamento europeo. Todt será apoyado por las viejas estructuras que sostuvieron a Mosley en la Asamblea General de junio de 2008, respaldándolo para que completara su mandato, hasta octubre.
¿Cómo terminará esta historia? Se sabe, al menos, cómo acabó la de 1981. Con Frequelin al volante, Todt ganó el Rally en Tucumán; Vatanen, en cambio, abandonó. Sin embargo, a fin de año, Vatanen le ganó el título mundial a Frequelin (y a Todt) 96 a 89.