EL CHOFER DE SAN CRISTOBAL
Gana con ayuda. Pero no puede reprochársele. Después de todo… ¡es tan joven! La colaboración, en todo caso, no parece ser más decisiva que un buen chasis o un motor que ni es el más potente ni tampoco el más saludable.
Cuando no tiene bolsillos en su antiflama, las lleva en las botitas de carrera. Sí, porque la ayuda es celestial. La sonrisa de Bernie Ecclestone compite en anchura con la suya cada vez que gana. Sí, porque el inglés sueña con que las hazañas del Wunderkind mantengan encendido el interés por la Fórmula 1 en Alemania, la economía más pujante de Europa, que cuando Michael Schumacher ganaba tupido era capaz de sacar de sus arcas 95 millones de dólares por temporada para pagar derechos anuales de televisación de los Grands Prix.
Cuenta que la abuela se las dio después de una excursión a la gruta de Lourdes, en Francia. Desde entonces, nunca deja de llevarlas a cada pista, como para asegurarse la colaboración divina.
Desde que empezó a correr en 2003 lleva acumuladas 33 victorias: 23 en Fórmula BMW, 4 en Fórmula 3, 2 en la World Series de Renault y las últimas cuatro en la máxima división del automovilismo mundial. No es como esos pibes que están en Fórmula 1 ganando fortunas obscenas pero si les preguntás cuando ganaron su última carrera de autos tienen que agarrar la enciclopedia porque cuando se aprendieron todas las funciones de todos los botones y perillas del volante de un F-1 ya no les quedó espacio para recordar algo tan lejano.
¿Cuántas se deben a la ayuda prestada por San Cristóbal, el patrono de los viajeros? Vaya a saber. Pero, cuidado: que a los 21 años, Sebastian Vettel (3 de julio de 1987, Heppenheim, Alemania) no es tampoco un santito. Bautiza a sus coches con nombres de mujer, porque asegura que a los autos quiere tratarlos tan bien como las trata a ellas: el RB5 que arrancó corriendo este año se “llamaba” Kate, pero lo rompió en Melbourne y el reemplazo, con el que ganó Shanghai, fue bautizado como “Dirty Kate”, la “sucia Catalina”. “¿A los barcos no se los bautiza con nombre de mujer –se preguntó- Los autos también son así de sexies”.
Sebastian sabe muy bien de qué habla. Cuando ganó su primer Grand Prix en Monza, en el 2008, con un Toro Rosso-Ferrari, un periodista un poco tanto quiso hacerse el gracioso:
-Sebastian ¿ganar tu primera carrera es como tener sexo por primera vez?
Y perdió.
-¡Cómo se ve que no estuviste allí mi primera vez…!
Nunca se muestra con su novia Hanna. Cuando le preguntaron porqué, aseveró con seriedad: “¡Nunca lleves a tu novia a trabajar con vos!”. Ni siquiera el equipo RedBull la conoce. Ella es de Baden Wurttenberg y ni siquiera viven juntos.
A dos Grands Prix del final del Mundial 2009, Vettel está 16 puntos por detrás de Jenson Button, cuando restan 20 puntos en juego. Dos años atrás, en la misma circunstancia, Lewis Hamilton le llevaba 17 puntos a Kimi Raikkonen.
Y el campeonato fue para Finlandia.
¿Volverá Inglaterra a sufrir una decepción?