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El único campeón mundial post-mortem de toda la historia de la Fórmula 1, Karl Jochen Rindt había nacido el 18 de abril de 1942, en Achum (Alemania), de padre germano y madre austríaca. Ambos murieron en un bombardeo sobre Hamburgo, en julio de 1943, y fue criado por sus abuelos maternos en Graz (Austria). Allí, en el Grazer Zentralfriedhof, 30 mil personas se congregaron el 11 de setiembre de 1970 para darle el último adiós. Había vivido 28 años, los últimos ocho años a fondo.
Lo que sucedió una semana antes lo cuentan quienes lo conocieron – generoso, el archivo nos provee de múltiples miradas- como testimonio de una muerte que conmovió al mundo, no solo al del automovilismo
“Yo le recomendé que aceptara la oferta de Lotus, porque quería verlo campeón del mundo. Aunque habían un par de cosas que no me gustaban, como por ejemplo el tema de la seguridad. Colin Chapman siempre tendía a llevar las cosas al límite” (Bernard Charles Ecclestone, a quien Rindt comenzó a llamar ‘Bernie’, tal como se lo conoce desde hace 40 años)
“La dupla Chapman-Rindt prometía ser dinamita. Opuestos por temperamento, Colin podía ser taimado, Rindt testarudo. Ambos querían hacer las cosas a su manera y a Jochen no le gustaba la disciplina. Pero la ambición de Rindt era simple, quería ser campeón del mundo y para lograrlo necesitaba un auto competitivo y confiable, y Chapman era un genio innovador” (Louis Stanley, director deportivo de BRM).
“Honestamente, Colin, tus autos son tan rápidos que podrían seguir siendo competitivos aunque fueran un poco más pesados reforzando las piezas que siempre se rompen” (Jochen Rindt).
“Jochen era un hombre extraño. No le gustaba mucho la gente y no era fácil tratarlo. Sentía que la mayoría eran tontos. Pero también era gentil, particularmente si alguien necesitaba ayuda” (Jackie Stewart, amigo y rival)
“Cuando trabajaba, no saludaba a nadie. Pero fuera de los boxes, cuando se había terminado, aceptaba hablar de todo. Y cuando hablaba de fierros era el más realista, el más preciso. Puede ser que, como era el mejor, no necesitaba esconder nada. No lo sé. Lo que sé es que Rindt fue el corredor más abierto que yo encontré el primer año que fui a correr en Europa” (Carlos Reutemann)
“El viernes (4 de setiembre) desayunamos juntos y hablamos del Lotus 72. El auto que Jochen iba a correr era nuevo y Chapman me lo dio a probar a mí. Por mirar los espejos, me tragué en la frenada de la Parabólica a la Ferrari de Ignazio Giunti. Jochen estaba muy serio: ‘Emerson, después quiero conversar con vos’. ‘Estoy acabado’, pensé” (Emerson Fittipaldi, coequiper de Rindt)
“Durante toda la temporada, Jochen estuvo preocupado por la fragilidad del Lotus 72. Se la pasaba diciéndome ‘no me llevo bien con este auto, se va a romper en cualquier momento’». (Stewart)
“¿Qué voy a hacer con este muchacho? Tiene reflejos de rayo, es muy rápido pero insiste en decirme cómo tengo que diseñar mis autos” Colin Chapman.
“No pude dormir en toda la noche pensando en lo que Jochen iba a decirme. Era un tipo directo y no perdía tiempo. Me dijo que quería que en 1971 ocupase su lugar en el equipo de Fórmula 2 que tenía en sociedad con Bernie Ecclestone. Como no había reparado el auto que yo había roto el día anterior, Chapman le dio el que yo iba a correr al día siguiente” (Fittipaldi).
«Probablemente por instigación de Chapman, Jochen no estaba usando alerones en su auto. Había encontrado que así conseguía 800 rpm más. Entonces, Colin me mandó a la pista sin los alerones. Nunca manejé un auto de carrera tan horrible en mi vida. Era muy, muy inestable y se sentía que la cola se levantaba“ (John Miles, el tercer piloto del equipo Lotus en aquel Grand Prix de Italia).
“Mucha gente cree que yo soy más valiente que Dick Tracy. Pero puedo asustarme como cualquiera” Jochen Rindt
“Jochen me pasó a la entrada de la recta trasera y yo iba diez metros atrás suyo cuando frenamos de 190 mph a 150 para doblar en la Parabólica. Repentinamente el Lotus salió disparado para un lado, después para el otro, y se clavó contra el guard-aril, a la izquierda. Pareció explotar en una nube de polvo. De golpe me ví esquivando pedazos de auto y una rueda suelta. Acabó en un instante” (Denis Hulme, piloto de McLaren)
“Miré alrededor y ví a Jochen. Estaba tirado en la parte trasera de una pick-up Volkswagen y parecía que nadie estaba atendiéndolo. Sus ojos estaban cerrados. Miré más de cerca y ví una seria herida en su tobillo izquierdo y en su pie. No estaba sangrando. En ese momento supe que Jochen se había ido” (Stewart)
“Considerando que, sin spoilers ni alerones el auto tenía muy poca downforce, empezó a acelerar demasiado pronto. Seguramente los neumáticos no se habían calentado lo suficiente, y los frenos no estaban balanceados a causa de la falta del alerón. Creo que la primera vez que pisó realmente con fuerza el freno, el auto se descontroló completamente” (Peter Warr, director técnico de Lotus)
“El accidente se debió a una falla mecánica. El Lotus 72 usaba frenos delanteros internos, de manera que uno de los ejes se quebró en la frenada, dejando una rueda sin frenos y tornando al auto incontrolable. Jochen nunca se abrochaba las correas del cinturón de seguridad que toman de las ingles y que impiden deslizarse hacia abajo en caso de un accidente frontal. No le gustaban, decía que no eran confortables y eso jugó un papel central en las heridas. Con el impacto se deslizó hacia delante y se cortó la yugular con la hebilla” (Stewart)
“Con las facilidades médicas con las que contamos hoy, habría tenido una mejor chance de sobrevivir. Y con la seguridad que hoy tienen las pistas, no habría perdido la vida”. (Ecclestone).
“Cuando supe que había perdido el campeonato, sentí una especie de liberación. Si lo hubiera ganado, no me habría sentido satisfecho en lo absoluto. Jochen lo merecía” (Jacky Ickx).