ARDUSSO QUERÍA LA VICTORIA
Facundo Ardusso reconoció que nunca antes lloró por una pole, como lo hizo ante la 13ª que en el Oscar y Juan Gálvez logró en el Súper TC 2000, para los 200 Km. de Buenos Aires. Y fue lógico porque además de darle ”dos puntos de oro”, como definió a los que le permitieron comenzar a acortar la diferencia con el líder Agustín Canapino (se redujo de 19 a 17), le otorgó un gran impulso anímico para una carrera clave para sus aspiraciones de retener el número 1 de campeón.
“Me tengo fe para ganar”, largó Facu ante visionauto tras una conferencia de prensa sin preguntas, algo tan inadmisible como una sala de prensa con serios problemas en el servicio de internet como padecieron los periodistas en un Gálvez sin muchas mejoras visibles en su infraestructura.
Como pocas veces, Ardusso enfatizó “me tengo fe para ganar”, en una gran muestra de confianza. Confianza personal y confianza en el rendimiento de su Renault Fluence que,luego de la mejor comunicación lograda con el equipo, consiguió recuperar el nivel que en la parte incial del campeonato le permitió marcar una amplia ventaja. También confianza en Mariano Altuna, el invitado propuesto por Ardusso porque “es rápido y con experiencia” , y también poseedor de una tranquilidad que no le hace sentir la presión de tamaña responsabilidad. “Si a esta altura de mi campaña sintiese presión, me quedaría en mi casa”, dijo distendido Altuna a visionauto en un rincón de la sala de conferencias.
Apuntaló esa confianza Ardusso, al ver a su espalda a su coequiper Emiliano Spataro. Es una tranquilidad porque por encima de su más humorístico que real “si te manoteo la punta, después agárrame…”, Emi sabe que en función del campeonato debe actuar a favor de Ardusso y también de Leonel Pernia, más allá que la presencia del Tanito no tengo la misma solidez que Ardusso tras la rotura del mejor motor en los entrenamientos. “El panorama es muy malo”, advirtió un abatido Pernia en un alto de la reunión técnica con el equipo.
“Me conformaría con quedar a 7/8 puntos de Canapino para así depender de mi en la definición del Cabalén”, había pedido Ardusso, quien reconoció que por encima de su alta confianza, la extensión de la carrera abría alternativas para sus rivales. “La clasificación no marca el ritmo del auto, porque cuando las gomas se desgastan los ritmos se equiparan”, explicó abriéndole por ese lado las posibilidades a Matías Rossi y Agustín Canapino, sus otros rivales en la carrera del campeonato.
“Necesito ganar, ya que otro resultado no me sirve mucho, y por eso haremos una carrera agresiva”, adelantó Rossi quien además de un Toyota que se adaptaba a las características no tan veloces del circuito número 8, tenía una gran carta en su invitado: nada menos que José María López. El mismo Pechito que largaba la carrera y empujó el optimista mensaje del Misil con un “le podemos ganar a los Renault y para eso trataré entregarle a Matías el Toyota en el primer puesto…”.
Más cauto asomó Canapino. Sin la contundencia de otros sábados, el Chevrolet Cruze que contaba como invitado a Franco Vivian partía desde un expectante cuarto puesto. Y su piloto titular arrancaba mentalizado con el simple objetivo de “sumar puntos para llegar perfilado de la mejor manera a la definición en el Cabalén…”. Paso a paso que le dicen.
Fotos: Mónica Paz.