UNA HISTORIA DE OTRA ÉPOCA.
Tal vez te parezca increíble esta historia que te vamos a contar. Pero fue real, tan real como la nostalgia, y hasta la sana envidia que hoy produce recordar aquel Gran Premio de la República Argentina de Fórmula 1 que se hizo gracias a la decidida acción de un grupo de 15 periodistas…
Si así como lo lees, un grupo de periodistas salvó una carrera destinada a la cancelación por problemas económicos. Estás en toda tu derecho de asombrarse en estos tiempos, que la Fórmula 1 no sólo es casi una utopía entre las altas exigencias de Bernie Ecclestone y la poca seriedad de quienes la gestionan, sino en los que los periodistas lejos, muy lejos estamos de ese tipo de negociaciones. Por supuesto eran otros tiempos. Ecclestone recién comenzaba a avanzar en la Fórmula 1, y las decisiones todavía pasaban por la FIA, y sus acuerdos con los clubes organizadores. Además Argentina era escala obligada en Sudamérica como inicio de temporada. ¿Tiempos mejores? Al menos, distintos.
Políticamente no eran años tranquilos en Argentina aquellos primeros de los 70. El regreso de Juan Domingo Perón, tras 17 años de exilio, había agitado en noviembre de 1972 las aguas en el camino a las elecciones de marzo de 1973, tendientes a cerrar casi siete años de gobiernos militares. En medio de esa incertidumbre e incipiente caos, el general Alejandro Lanusse, por entonces presidente de la Nación, consideró exagerado el gasto de 320 millones de pesos moneda nacional (unos 300.000 dólares), que demandaba el Gran Premio y a dos meses de su realización, prevista para el 28 de enero de 1973, casi lo dio por cancelado.
No imaginaba la reacción que surgiría de un grupo de periodistas el 13 de diciembre, cuando el tema salió en la sobremesa en una de las reuniones de fin de año que organizó Fiat. «Hay que hacer algo para salvar el Gran Premio” ,fue la consigna de los colegas… ¿Lo imaginás hoy?.
Tiempo no sobraba con el Gran Premio a 45 días, y por eso la acción fue inmediata. En la misma reunión se asignaron tareas entre el grupo de periodistas, y arrancaron de inmediato con reuniones con directivos del Automóvil Club Argentino y distintas empresas. Recién llegado de Europa y sorprendido por la posible cancelación del Gran Premio, Juan Manuel Fangio, también aportó lo suyo que por supuesto fue importante.
Poco a poco, con mucho trabajo y movimiento, el panorama comenzó a cambiar. Así en la última semana de diciembre de 1972 se llegó a una reunión clave entre César Carman, titular del ACA con el presidente Lanusse. A cambio de la promesa de recuperar la inversión con los distintos aportes previstos (recaudación, patrocinio de diez empresas privadas y derechos de televisación), que por entonces quedaban para el organizador, el primer mandatario liberó la partida de dinero para asegurar la concreción del Gran Premio. Puso una condición: todos, absolutamente todos, debían pagar su entrada.
Valió la pena semejante esfuerzo. No sólo porque aquel radiante domingo 28 de enero de hace cuarenta años, una multitud colmó el autódromo porteño, sino porque salió un carrerón. Según opinión de muchos fue el mejor de los 20 Grandes Premios de Fórmula 1 que se corrieron en Argentina. La gran estrella resultó Emerson Fittipaldi, Emmo sobre el Lotus 72D negro y dorado estrenó su primer título mundial, con una de sus mejores victorias derrotando y humillando al poderoso equipo Tyrrell compuesto por el escocés Jackie Stewart, el escocés quien ese año conseguiría su tercer y último título, y François Cevert, aquella gran esperanza francesa, que ocho meses y medio después se destruiría contra un guardrail en el Watkins Glen estadounidense.
Imborrables en los recuerdos quedaron aquellas decenas de vueltas en las que Emerson luchó y luchó para superar a un astuto Stewart, quien le tapó todos los huecos y hasta provocó, con el clásico gesto del puño en alto, el enojo del brasileño que ya por entonces se había puesto a la gente de su lado. La resistencia duró hasta que con una precisa maniobra lo superó en la entrada de los mixtos, a 20 giros de las interminables 96 vueltas exigidas al circuito de 3.345 metros. Diez rondas más tarde, Fittipaldi dio cuenta de Cevert, y ya nada detuvo al brasileño rumbo a la primera de sus dos victorias (con McLaren ganaría también en 1975) en Buenos Aires.
Semejantes emociones compensaron en los hinchas argentinos la amargura por el temprano abandono (vuelta 17) de Carlos Alberto Reutemann por un problema de caja en su Brabham BT37. Fue la lógica consecuencia de un fin de semana con muchos problemas para Lole en un equipo, donde su dueño, Bernie Ecclestone, parecía más preocupado por ganar espacio político dentro de la Fórmula 1, que en tener autos competitivos. Se ve que el hombre tenía claro hasta donde quería llegar. Y como sabrás, llegó…
Un par de datos para el final. Uno te renovará el asombro al saber que una vez hechas todas las cuentas, ese Gran Premio a punto de cancelarse, dejó una ganancia de 72.789.959 pesos moneda nacional (unos 70.000 dólares de ese tiempo), según precisó el prestigioso periodista Miguel Angel Merlo en su libro Las Tuercas Calientes. El otro es el que seguramente esperarás desde que arrancó la nota: los nombres de los 15 periodistas. Ahí van: Antonio Basualdo, Alberto Hugo Cando, Francisco Cannone, Roberto Carozzo, Alberto Fernández, Isidro González Longhi, Héctor Granato, Miguel Angel Merlo, José Tomás Oneto, Alfredo Parga, Juan Carlos Pérez Loizeau, Enrique Sánchez Ortega, Luis Elías Sojit, Germán Sopeña y Carlos Marcelo Thiery. Qué nombres ¿no?. Si no lo los viste, escuchaste o leíste en los importantes medios en los que trabajaron, seguramente te habrán contado quienes fueron o son. Grandes de verdad. Tenían que serlo para salvar un Gran Premio de Fórmula 1. Un hecho inédito que a medida que pasan los años provoca tanta nostalgia como sana envidia.
Ecclestone no está más.lo, lo escuché por la Spika
Eduardo:
Te agradecemos la permanente lectura de Visión. Se ve que te interesan las notas.
En cuanto a tu comentario de esta nota señalando que Ecclestone ya no está más en la Fórmula 1, es cierto, como todos sabemos y no por haberlo escuchado en una Spika… También es cierto que, como aclaramos en el copete del comienzo, esta nota es la transcripción de la publicada en 2013, cuando, como seguramente sabrás, Bernie todavía estaba al frente de la Fórmula 1. No es una nota actual y tal vez esto te haya confundido.y empujado con apuro a la crítica.
Saludos y a seguir leyendo Visión.
Miguel Angel Sebastián
Muy lindo recuerdo de aquellas viejas epocas.A mi particularmente me gustan mucho como tambien me encantaria que algun dia escribas (o publiques nuevamente si ya lo hiciste) una semblanza de don Miguel A. Merlo, con quien tengo entendido compartiste tus inicios en Clarin.
Saludos desde el sur.
Pablo:
Gracias por tu reconocimiento. Es una buena idea la que me das sobre el recuerdo de Miguel Angel Merlo, uno de los grandes periodistas que tuvo el automovilismo, lamentablemente es poco reconocido en estos tiempos. Veremos como le damos forma a esa nota.
Saludos
No conocía esta historia. Muy interesante y bien contada. Saludos