PRÍNCIPE INDISCUTIDO
Es por estos años Sebastien Ogier en el Rally de Montecarlo. No importa el auto que maneje. Sea el que sea lo convierte en vencedor en la clásica carrera de apertura del campeonato nacida en un lejano 1911 no tanto con un objetivo estrictamente deportivo sino con el fin de atraer turistas al Príncipado en la época invernal.
Este año el desafío de Ogier para seguir con su racha ganadora tenía el plus del regreso al equipo Citroen tras un par de temporadas con Ford y cuatro con Volkswagen. Navegado por Julien Ingrassia, el francés lo cumplió sobradamente aunque tuvo que transpirar bastante para doblegar recién en el final al Hyundai de Thierry Neuville. Apenas lo separaron un par de segundos, exactamente 2s 2/10.
Superada la tensión y la emoción por el apretado final, Ogier festejó esta victoria que fue la sexta consecutiva en Montecarlo y la séptima en sus participaciones ya que en el 2009 venció sobre un Peugeot 207 en una carrera que sólo formó parte del certamen IRC (Intercontinental Rally Challenge). Esta marca igualó la de su compatriota y tocayo Sebastien Loeb, aunque a favor de este último hay que decir que todos sus éxitos fueron en carreras del Mundial.
Loeb también estuvo en Montecarlo y fue extraño no verlo sobre un Citroen, marca con la que se identificó durante mucho años y consiguió sus 79 victorias y los 9 títulos mundiales. Igual mostró toda su capacidad y profesionalismo en su debut con Hyundai y si bien su 4º puesto puede parecer poco para un piloto de su nivel resultó lo esperado para sus expectativas que en este caso apuntaban a consolidar el trabajo del equipo y sumar puntos. Esos puntos logrados le permiten a Hyundai ser el primer líder en el Mundial de Constructores.
Fotos: Prensa Rally WRC y Hyundai.