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EN LA FORMULA 1 NO HAY PIEDAD: HORNER Y OTROS EJEMPLOS CERCANOS.

Beverly Allen tenía 58 años y una hija de once, Olivia. Dos años atrás, a los 56, le diagnosticaron cáncer en un ojo. La prognosis era buena, pero se complicó. La mujer peleó con denuedo, aunque supiera que a su hija no iba a faltarle nada, pero sucumbió hace unos días, el lunes 30 de junio, el día en que se iniciaba la semana del Grand Prix de Inglaterra.

 

¿Qué tiene que ver esto con la Fórmula 1? Christian Horner fue su primer marido (foto), el padre de Olivia. Se conocieron en 1999, cuando él era piloto de Fórmula 3.000 y se separaron cuando Olivia tenía apenas seis meses, luego de que Horner impactara a Geri Halliwell, la exSpice Girl, en 2013. Se casaron en mayo de 2015.

La cruel enfermedad asestó su duro golpe en la semana previa a la cita más importante del año para un equipo inglés, aunque RedBull Racing sin duda ya es una escuadra más austríaca que otra cosa, dado cómo terminó su guerra civil. El bando victorioso no tuvo muy en cuenta, aparentemente, el duelo que atravesaba el CEO de su equipo de competrición, y ocho días después, el 9 de julio, como se sabe, lo apartó. Una crueldad, podría decirse, dado que todavía faltan dos Grands Prix para el habitual receso veraniego.

Pero Horner no desconoce que es la crueldad. La agonía de Sergio Pérez en RedBull durante 2024 tuvos rasgos de ese tipo. El mexicano lo puso en sus propios términos dos semanas atrás, cuando por primera vez habló sobre la manera en que fue licenciado:

“Habría sido muy fácil para ellos protegerme diciendo simplemente ‘tenemos un piloto bajo contrato para los próximos dos años’. Pero no lo hicieron. Entonces, nadie hablaba de otra cosa en Red Bull, carrera tras carrera. Generaron mucha presión en nuestro lado del garage, que nos complicó muchísimo”.

 

Otros tiempos? Horner con Checo.

 

En general, esa crueldad en RedBull siempre estuvo personificada por Herr Doktor Helmut Marko, el asesor deportivo de la escuadra, a cargo de la academia de pilotos, encargado en general de denigrar, denostar, criticar o minimizar el esfuerzo de sus segundos pilotos: Sebastian Vettel primero y Max Verstappen ahora fue/es intocable.

Pero Horner siempre acordó con Marko. Recién en el último tiempo hubo enfrentamientos. Ambos son expilotos y están acostumbrados a los rasgos crueles. De los 14 pilotos que pasaron por RedBull en 20 años, la mayoría fueron descartados sin mucha piedad. El último caso es el de Liam Lawson, el neocelandés que llegó para reemplazar a Pérez y solo duró dos carreras en RedBull. Al menos, Lawson logró salvar su campaña en la escuadra B, Racing Bulls, y con un poco de estabilidad comenzó a sumar puntos…

La crueldad es una característica típica de un ambiente tan competitivo. Hasta la década del ‘70, cuando la seguridad era escasa, los pilotos dejaban de estar en un instante simplemente porque perdían la vida al volante de sus máquinas o sufrían accidentes que les impedía volver a competir. La renovación era naturalmente trágica, puede decirse. Durante años se elogió la vigencia de Graham Hill, que llegó a correr 176 Grands Prix, una cifra que parecía inalcanzable.

Con la seguridad en auge –Romain Grosjean permaneció 28 segundos entre las llamas y solo se quemó las manos- las campañas se extendieron de manera increíble, al punto que un buen piloto hoy podría correr seguramente 25 temporadas consecutivas sin problemas.

El caso de Fernando Alonso lo tipifica: con más de 400 Grands Prix, debutó en la temporada 2001, y aunque ha entrado y salido de la categoría, siempre se mantuvo en actividad. Lewis Hamilton, que arrancó en 2007, hará el año que viene su vigésima temporada. ¿Qué impide que Verstappen, que comenzó en 2015, pueda competir hasta 2040, cuando cumplirá 43 años?

Pero si los avances en seguridad eliminaron la crueldad de los accidentes mortales, esa falta de piedad se acentúa en el trato humano. El recordado Alfredo Parga solía citar al legendario Colin Chapman cuando este aseguraba que “el repuesto más barato en un coche de F-1 es el piloto”.

En Monza, el segundo piloto de Chapman, John Miles, se negó a probar el auto sin alerones que su patrón le exigía. Tenía temor por su seguridad. Se fue. Al día siguiente, con el otro auto del equipo Lotus, sin alerones, Jochen Rindt perdió la vida. Era el primer piloto del equipo e iba camino del título mundial. Ocurrió en 1970.

Como se adivina, los ejemplos son innumerables y de todas las épocas. Michael Schumacher había conquistado cinco campeonatos mundiales consecutivos para Ferrari, entre 2000 y 2004 cuando perdió el de 2005 con Alonso y entonces Luca Di Montezemolo lo reemplazó con Kimi Raikkonen en 2007. El manager italiano pretendía que compartieran el equipo, lo que para el múltiple campeón representaba una humillación.

Frank Williams decidió reemplazar a Damon Hill un año y medio antes de efectivizarlo: contrató en secreto a Heinz-Harald Frentzen a mediados de 1995, para hacer el cambio al inicio de la temporada 1997. Hill ganó el título de 1996 y tuvo que irse…

Unos años antes, cuando Nigel Mansell iba camino de ser campeón en 1992, Williams le ofreció renovar el contrato… por menos dinero. Mansell salió disparado a ser campeón de IndyCar.

Vettel fue sentenciado por Mattia Binotto antes del arranque de la temporada 2020 y tuvo que hacer todo ese año sabiendo que al cabo estaba la puerta de salida.

Flavio y Gasly.

Los ejemplos son también recientes. Los argentinos estaban del otro lado del mostrador cuando Flavio Briatore sacó de su butaca a Jack Doohan tras apenas seis carreras en 2025. De un día para el otro, el australiano encontró trunca su carrera.

El fin de semana de Silverstone, luego de terminar sexto en el Grand Prix de Inglaterra, Pierre Gasly enumeró los obstáculos que enfrenta en estos momentos corriendo para Alpine:

  • “El auto es super difícil de manejar, es muy complicado, resulta muy sencillo cometer errores”
  • “El año pasado, la performance general del coche era mucho mejor”
  • “Este año lo estamos haciendo mucho peor, los rivales tienen un paquete superior”.

En un ambiente dónde la crueldad se impone generalmente sobre la lógica, no sirve de mucho argumentar.

Por ejemplo, que “en la FP3 Colapinto fue más rápido que Gasly”, si después, cuando llega el momento, con un coche que califica de “super difícil”, el francés acaba sumando puntos. Más aún: conquistó 12 de los 19 puntos de Alpine en el torneo a lo largo de las últimas cuatro carreras, cuando el rendimiento del A525 parece haber empeorado.

En un ambiente tan cruel el golpe puede venir inclusive en el momento menos esperado.

Si Horner, el Team Principal más exitoso en la historia de la Fórmula 1 (124 victorias en Grands Prix, solo superado por Ron Dennis en McLaren), fue licenciado de un día para otro, ocho días después de haber perdido a la madre de su primera hija, ¿se puede esperar bondad, comprensión, piedad, empatía, tres o cuatro pisos más abajo?

Cuando Ayrton Senna perdió la vida en Imola, los pilotos se miraron atemorizados. No solo habían vivido la crueldad de que, de un minuto para otro, el mejor piloto del mundo ya no estaba, sino que reflexionaban así: si el mejor de todos, el más veloz, el más capaz, el más talentoso y diestro, murió al volante, ¿por qué no podría pasarnos a nosotros?

En un ambiente tan omnipotente, esa fragilidad suele desdeñarse. Hasta que ocurre. Atenti, Colapa, que la crueldad está de muy de moda.

Porque la Fórmula 1 es lo que es, no lo que nos gustaría que fuera

 

PD: El presidente de Renault Argentina, Pablo Sibilia, aseguró que Franco “terminará el año”. Sería genial. Pero, ¿qué seguridad tiene siquiera él mismo de quedarse en su puesto hasta fin de año?

 

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Blue Def
Fate

1 COMENTARIO

  1. Muy buena nota.
    Yo creo que Frank Williams ya antes de lo escrito en la nota aplico su crueldad con Reutemann y ni que hablar de Ron Dennis en la epoca de Prost vs Senna y Hamilton vs Alonso.
    Saludos

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