CUANDO SE SUPO QUE IBA A CORRER EN INDY, SE ACTIVÓ LA BUENA NUEVA COMO UN DISPARADOR EN MUCHAS DIRECCIONES.
Agustín Canapino, múltiple campeón en el automovilismo argentino, máximo referente de la marca Chevrolet en el país, afincado en el ambiente fierrero, súper exitoso, económicamente muy bien remunerado (el mejor), disfrutando de su zona de confort en el mundillo de las carreras nacionales, pese al dolor recurrente que lo va a acompañar siempre por la dolorosa muerte de su padre Alberto, de la que sigue intentando sobreponerse, aunque cueste y mucho.
La mirada clavada siempre hacia adelante.
Sin embargo, y cuando nada ni nadie (salvo Ricardo Juncos), lo imaginaban, Agustín decidió «patear el tablero» y la popular estadounidense Serie IndyCar, pasó a ocupar un lugar preponderante en su mente. El par de exhibiciones sin miras de prolongar el vínculo, mientras había cerrado acuerdos con el JP Carrera para en 2023 continuar en Turismo Carretera, y suplir con TC Pick Up la salida de Chevrolet oficial de TC2000. No habría más experiencias, como aseguró en su momento a visionauto, con un auto de IndyCar, ni intenciones de hacer las maletas para ir a correr afuera. Manejar el Dallara Chevrolet del Juncos Hollinger Racing, había sido una «hermosa experiencia y punto».
De aquellos incipientes pasos, a la confección de un proyecto que concretaría, para eso jugaría un rol fundamental Ricardo Juncos, el apoyo del gobierno de la provincia de Santiago del Estero, por medio del Circuito Internacional Termas de Río Hondo; a su vez la participación del fuerte broker en el mercado inmobiliario y de seguros, Héctor Martínez Sosa. Amigo de los Canapino y apoyo constante desde hace años, y el respaldo del Ministerio de Turismo a través de su programa Visit Argentina (extendida a más pilotos que compiten en el exterior, como habrás visto: Colapinto, Guerrieri, entre otros), junto al aporte del Juncos Hollinger, posibilitaron lo impensado apenas poco tiempo atrás: La participación en IndyCar, un mundo desconocido para el arrecifeño, el mayor desafío en su trayectoria deportiva con 33 años cumplidos (muy joven si bien no es un pibe).
Llegaron las pruebas, la urgente optimización de su condición física, interiorizarse del entramado complejo de un auto de IndyCar ,y entender como se corre en autos monoplazas que orillan los 400 km/h. Todo en tiempo récord y llegó el debut en el callejero en St. Petersburgo con saldo altamente positivo más allá de haber llegado 12°.
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AGUSTIN IN ENGLISH
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El tiempo siempre tirano para Canapino y el Juncos Hollinger, los puso ante el gran y para muchos (se incluyó este periodista), temido compromiso en un circuito oval, el Texas Motor Speedway, sede de la segunda fecha. Debió probar, rendir exámen en el mismo óvalo, del que resultó aprobado, y sólo quedaron por delante, los cruciales consejos de Juncos apoyados en su experiencia, el acondicionamiento del auto (algunos equipos disponen de autos para óvalos y otros para circuitos mixtos, no así Juncos y Hollinger su muy acaudalado socio), y a la «cancha» (al óvalo texano sea dicho).
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EL COMIENZO HABÍA SIDO PROMISORIO
https://twitter.com/i/status/1642222945581023232
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La aprehensión deslizada por no pocos, ante la primera carrera de Canapino en IndyCar en un óvalo, quedó planteada en su recién iniciado camino en una de las categorías más difíciles del mundo, sólo a poco más de tres meses de haber corrido por última vez con el Chevrolet en TC.
Canapino en el rendidor Dallara-Chevrolet #78, se encargó de una forma sobresaliente de comenzar a despejar esas dudas lógicas, y conmover a tantos argentinos observadores delante de las pantallas de los televisores. El Titán hizo una carrera titánica y salió airoso con el estupendo 12° puesto, siempre girando a excelente ritmo, sin errores, prolijo y bien concentrado como para eludir varios aparatosos accidentes, por fortuna sólo con autos rotos. Con la confianza más inflada aún para los siguientes capítulos, lo aguarda el callejero en la costa oeste, en Long Beach, donde alguna vez quien escribe, vio correr al Lole Reutemann en Fórmula 1 con la Ferrari.
Canapa saluda, en IndyCar empiezan a conocerlo.
El debut en el velocísimo óvalo del Texas Motor Speedway la gran prueba de fuego, quedó atrás con una extraordinaria labor del arrecifeño, que seguro te ha impactado muy fuerte como a tantos fanas y seguidores de Agustín.
Al auto de Canapa lo empuja un motor Chevrolet V6, 2.2 litros biturbo, 735 caballos a 12.200 rpm. La transmisión es Xtrax secuencial con seis marchas.
Desde los entrenamientos se lo vio atildado y firme al Titán, sensaciones confirmadas luego de las 375 millas rodadas en un circuito exigente en extremo, donde se orillan los 380 km/h y las fuerzas G soportadas por los físicos de los pilotos son muy elevadas, más la constante tensión y concentración para correr rodeados de autos y los temidos paredones como límites. Canapino superó esas pruebas pese a finalizar muy cansado, y cerró una labor tremenda al cabo de las 249 vueltas dadas, a una del ganador, convirtiéndose en el mejor rookie (novato) del día luego de partir 19°
En todo momento consistente, evitó el despiste del japonés Takuma Sato, así como cuando el sueco Felix Rosenqvist , dueño de la pole, golpeó contra el paredón, y obligó a un nuevo ingreso del auto de seguridad. Agustín aprovechó y entró a boxes a cambiar neumáticos, regresando 20°. Luego recobró lugares, aprovechando la piña de de Graham Rahal quien chocó a Devlin De Francesco, ¿las consecuencias?, ambos afuera.
En tanto el impresionante carrerón en la punta, puso en alerta máxima la atención ante la definición. Sin embargo, se diluyó ese final impredecible debido al golpe del exF1, el francés Roman Grosjean cuando restaban apenas cuatro vueltas.
La indeseada circunstancia, definió el gran triunfo de Josef Newgarden del Team Penske, al completarse neutralizado el recorrido. Lo escoltaron el mexicano Patricio O»Ward (Dallara-Chevrolet) a 1s283 y el español Alex Palou (Dallara-Honda), a 1s883. La tan satisfactoria jornada para el Juncos Hollinger, se patentizó con el noveno puesto del británico Callum Ilott y, desde ya, por el 12° lugar de Agustín. Desde ya, quedó quedado grabado a fuego.
EL DÍA DESPUÉS, SU ANÁLISIS.
Fotos: Juncos Hollinger Racing.
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Correr en ovalos debe implicar una velocidad mental que Canapino debe haber adquirido muy bien en simuladores.
Lo está haciendo excelente. Ojalá siga asi.