AGUA Y BARRO
No exageraba Marc Coma (foto superior) desde su lugar de director deportivo y diagramador de las rutas de este Dakar 2017, al anticipar que esta edición sería la más dura de las nueve corridas en Sudamérica.
Lo que tal vez no imaginó el español fue que esos grandes desafíos no provendrían exclusiva y básícamente de los distintos terrenos por donde transitaba la caravana, sino de un factor, como el clima, que no es nuevo en los Dakar, pero que este año con las torrenciales lluvias, niebla, granizo y hasta un alúd tuvo un papel estelar.
Un papel que excedió lo deportivo con las terribles consecuencias que dejó en varias localidades jujeñas, y que provocó dos muertes y un millar de evacuados. Una tragedia que obviamente relegó los problemas deportivos y hasta la propia carrera como lo reconocieron varios pilotos. El más terminante fue el de Isidre Esteve. “Me importa poco si la carrera sigue o no, lo importante es la tragedia de esa gente”, dijo este entusiasta piloto español que es uno de los tantos personajes de este Dakar. Corre pese a una cuadriplejia sufrida en un accidente hace varios años.
Este “enemigo” que encontró el Dakar en el mal tiempo, golpeó sensiblemente su recorrido, y deslució su desarrollo e influyó en los deportivo. La cancelación de dos etapas (Oruro-La Paz y Salta-Chilecito), más los acortamientos de otras (Tupiza-Oruro, La Paz-Uyuni y Uyuni-Salta), le quitó importantes condimentos competitivos, como la esperada Gran Belén, que en la cancelada 9ª etapa constituía con sus 406 Km por las dunas, una de las grandes exigencias y también la esperanza de muchos especialistas de recuperar terreno perdido o marcar más ventajas.
Todo quedó limitado a un largo enlace que no modificó la clasificación y lo más lamentable, dejó a los espectadores de las zonas por donde pasó el recorrido, con las ganas de ver en carrera a los pilotos y sus vehículos. Un tema no menor para tener en cuenta en el futuro. Igual no había otra alternativa ante la atinada decisión de los organizadores de realizar un reagrupamiento en Chilecito luego de las dificultades y retrasos para llegar a Salta que tuvieron los pilotos y sus asistencias por el alúd en la ruta 9 que trabó el camino y obligó a tomar caminos alternativos que demandaron más recorrido y tiempo.
Por encima del cansancio y los inconvenientes climáticos, los pilotos quieren correr. Y están corriendo poco en este Dakar 2017. Atrás quedaron nueve etapas, tres cuartas partes de su desarrollo, con apenas poco más del 50% cumplidos (exactamente 57,80%) de los tramos de velocidad inicialmente previstos. Una sensible disminución que no agrada mucho a los corredores pese a que estuvo justificada por las circunstancias.
Fue patético el rostro de desagrado del motociclista español Joan Barreda Bort al llegar el martes a las diez de la noche a Salta, y enterarse en la zona de control de tiempo que se había cancelado la etapa siguiente hasta Chilecito, por lo que debía salir en enlace a las siete de la mañana. “Cancelar etapas es la solución más fácil, se podría haber aplazado…”, aseguró Barreda Bort, en un mensaje con destinatario en su compatriota Marc Coma, el mismo que como director deportivo ha enfrentado en este Dakar muchos mayores inconvenientes y desafíos que los que tuvo en sus años de exitoso motociclista.
Por M.S.
Fotos: Dakar.com y Mónica Paz