Porsche anunció en Stuttgart que cerró el primer semestre del ejercicio 2009/10 con un beneficio de 329 millones de euros (452 millones de dólares), lo que demuestra una clara mejora tras los graves retrocesos sufridos en los meses anteriores. La caída de ventas fue menos pronunciada y la facturación incluso mejor, indicaron sus portavoces.
Además, la deuda que adquirió el fabricante de vehículos deportivos en su intento de hacerse con la mayor automotriz europea, Volkswagen, sigue reduciéndose. Ahora Porsche está en proceso de integración en la automotriz de Wolfsburgo y será la décima marca de ese grupo.
De agosto de 2009 hasta finales de enero de este año, el grupo vendió un total de 33.670 coches, es decir, un 1,7 por ciento más que en el mismo periodo del ejercicio anterior. En el primer trimestre, el retroceso había sido de casi el 40 por ciento.
Sus representantes reconocieron que la situación sigue siendo especialmente difícil en el mercado estadounidense, uno de los principales y en el que las ventas se desmoronaron un 15,5 por ciento. La facturación, por el contrario, subió un 3,7 por ciento hasta los 3.160 millones de euros (4.350 millones de dólares).
El presidente de Porsche, Martin Winterkorn, confirmó los objetivos del grupo
para el conjunto del año, que finaliza el 31 de julio, y que apuntan a superar la cifra de 75.238 coches vendidos el año pasado.
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