UN HECHO QUE NO DEBE QUEDAR EN EL OLVIDO, Y MERECE LA INTERVENCIÓN DE LAS AUTORIDADES.
“El TC siempre tiene algo para hacer especiales las fechas que definen los campeonatos” decía Julián Santero apuntando a esa lluvia copiosa y permanente que a media mañana de domingo, empezaba por motivar en el Autódromo Roberto Mouras, la postergación de una hora en la programación.
No imaginaba por entonces el mendocino que con el transcurrir de la lluviosa jornada, y pasado el mediodía con la mejoría de las condiciones climáticas, otro hecho clavaría en el recuerdo a la definición del campeonato de TC, e indirectamente jugaría a su favor, más allá de no tener nada que ver.
Una de las imágenes viralizadas del episodio que involucró a Werner, y de las que tanto se habla potenciando una feroz polémica. Mirá al gentío desbordado volcado sobre los autos en la pista, previo a la largada de la final. (Imagen TV)
Fue un hecho tan insólito como burdo, tan censurable como lamentable. O de qué otra manera puede calificarse esa agresión, ante la aparente inocente forma de papeles lanzados por un hombre o un grupito de personas, mezcladas entre fervorosos hinchas que formaron un cordón humano sobre la pista descontrolado y muy riesgoso tanto para corredores como público, instantes previos a la largada de la final. Ell Mustang de Mariano Werner recibió casi en su totalidad, la andanada de papeles en la parte delantera, sobre el capot. «La toma de aire se chupó los papeles que quedaron entre el filtro de aire y el carburador. Mariano lo aceleraba y era como si nada. Se engordó el motor y quedó sin potencia”, tal el duro diagnóstico de Rody Agut, motorista del Mustang del campeón.
Resultó la condena para una definición de campeonato que pudo ser altamente atrapante, entre Werner y Santero, y que por lo ocurrido, se convirtió en un paseo veloz, controlado, una anticipada dilucidación acerca de quien iba a salir campeón. Con Werner largando último y Santero desde el segundo lugar, le quedó en bandeja al mendocino. Paradójicamente la situación se invirtió, y quien necesitó de un milagro para ser campeón, pasó a ser Werner.
No hubo milagro y si, una carrera con pocas emociones dado que la consigna fundamental de conocer al nuevo campeón de TC, salvo otros golpes de escena quedó resuelta casi desde antes de largarse. Con un inteligente planteo de Santero de no entrar en asperezas, ni con Agustín Canapino primero, ni con Diego Ciantini después; el Bochita luego finalmente ganador, ambos en sus respectivos Camaro. Y pudo hacerlo el mendocino, con la complicidad del buen rendimiento de su Ford Mustang. Le alcanzó y sobró con el segundo lugar mientras la escalada de Werner sólo llegó hasta el puesto 23. A contramano de lo imaginado, no hubo desborde de bronca en Werner y su gente por la situación vivida, que le ocasionó perder la gran chance de conquistar su cuarto título. Igual dijo lo suyo luego de felicitar a Santero por su primera corona del TC ganada.
“Me cortaron los brazos y me dejaron sin poder hacer nada. Hubo una mano que no tenía que estar y si fue sin querer lo perdono, pero si lo hizo adrede, espero que haya Justicia Divina. Siempre vi gestos a favor y en contra, pero nunca me había pasado algo así a mi; creo que fue programado y adrede, porque estuvo dirigido a un lugar específico del auto”, afirmó un serio y golpeado Mariano.
Algunos mencionaron la existencia del karma en la vida de los seres humanos, recordando el choque brutal de Mariano a Matías Rossi a metros de la culminación de la final en 2016, también en el Mouras, que truncó el título al Misil y le costó una suspensión al entrerriano a cumplir al año siguiente. “Todo vuelve…”, rumorearon algunos en los pobladísimos boxes del Mouras.
Por encima de creencias, la agresión a Werner se trató de un hecho que no deberá caer en el olvido, como ocurriera con otras tantas situaciones que han sabido darse cerca de fin de año. Merecía una profunda investigación de la ACTC, tan celosa para juzgar declaraciones y acciones de carrera. Debe conocerse quien o quienes y porqué hicieron lo que hicieron. Por Werner, y el respeto a su trabajo y al de su equipo que no puede ser arruinado por un par de vándalos. Y de la misma forma, por Julián Santero para que semejante episodio no manche su merecido título, el detalle estadttsico que faltaba para ratificarlo en el primer nivel del automovilismo argentino.
Fotos: ACTC
Y si….todo vuelve
Hoy Werner cancelo la factura que dejo impaga en 2016 cuando choco a Rossi y lo dejo sin titulo…
Y tambien paso por caja la soberbia de Agut al descalificar y agraviar a los rivales del pichon de Guriguauuu.
Brillante Santero todo el año y el equipo del Laucha,que hoy tambien tuvo su revancha.
memoria. diría Chiche! memorioso
No nancha a Santero esta claro, pero si al TC, que a esta aktura ya tiene mas manchas que un dálmata.
Organizacion pesima con invasion peligrosisima (en todo sentido) de publico. Nada nuevo en realidad.
Saludos
El Laucha que es muy hincha de Chevrolet no es cercano a la 15?
Ahora retira el equipo después de lo que paso y de salir campeón? mmm
Laucha seras muy hincha de Chevrolet, pero el campeonato te lo dio un Ford.
En el mouras pueden correr 4 ancianos en silla de ruedas y la gente invade la pista.
Y estoy escuchando a tantos decir, pero esto es grave ! hay que hacer algo ! Esto no puede pasar !
No va a pasar nada y otro campeonato turbio y van.