SEIS AUTOS DE LA NUEVA GENERACIÓN EN LOS PRIMEROS PUESTOS DE LA CLASIFICACIÓN, CONFIRMARON SU INCONTENIBLE AVANCE.
Tarde o temprano los cambios son inevitables en todos los terrenos de la vida. Para algunos tardó un poco más de lo imaginado el Turismo Carretera en adoptar los autos de Nueva Generación (NG). Incorporados definitivamente en esta temporada, el avance de esta especie mecánica es incontenible.
Con la incorporación de media docena para la octava fecha en Posadas, han sumado 19. Casi la mitad de los 41 autos presentes en la provincia de la tierra colorada. Y hay varios más en construcción, algunos listos para debutar, incentivados por cada vez mejores resultados. Fresca prueba fue verlos en los seis primeros puestos de la clasificación.
Al gran cambio general se agregan cambios individuales. Como el que hizo Nicolás Trosset, cansado de no encontrar en el Mustang que atendía el equipo de Daniel Uranga, los resultados esperados. El 22° puesto en la anterior fecha en Rafaela fue la gota que desbordó el vaso de la paciencia del sobrino de Norberto Fontana, impulsandolo a cambiar por la estructura Martín Vázquez.
“Fueron días de mucho trabajo para todo el equipo. No hubo feriados y todos los días trabajaron hasta las dos de la mañana. Trabajamos todos porque incluso yo ayudé con lo que pude”, contó Trosset como agradecimiento a su nuevo equipo, tras un debut como poleman que tardó 111 carreras y según dijo no lo esperaba.
Quiso el destino que por encima de protagonistas habituales como Julián Santero, (tercero en su debut con el Mustang), Diego Ciantini (cuarto, también debutante en su caso en el Camaro), dos que estrenaron autos de Nueva Generación y Manuel Urcera (quinto, también con un Mustang), la gran amenaza para Trosset viniese por el lado de otro joven con auto nuevo: Marcos Quijada en su Camaro, el flamante excompañero de Trosset en el equipo Uranga que dejó. Según se dijo, la desvinculación fue en buenos términos aunque como sutilmente deslizó el poleman “tuvimos que acomodar unos cuantos fierros, y demostré que no me había olvidado de manejar…”. ¿Pase de alguna factura por cortocircuitos técnicos y personales?
Quienes imaginaron un duelo entre Trosset y Quijadas para potenciar la sensación de revancha de uno u otro lado, debían esperar hasta la final dominguera, siempre y cuando ambos ganaran sus series y resultaran las dos más veloces. No era un requisito sencillo. Trosset debía enfrentarse con Ciantini y Juanto Catalán Magni, el hijo del Pinguino con el primero de los clasificados entre los autos tradicionales. Quijada, con Urcera y Aguirre. En la tercera serie, el líder del campeonato Santero se medía con Juan José Ebarlin y con un Werner que siempre es una amenaza, pese a que no se lo ve a su Mustang con el potencial de principios de campeonato. De estos nueve autos, siete (Trosset, Quijada, Santero, Ciantini, Urcera, Ebarlin y Werner de nueva generación. Los restantes (Catalán Magni y Aguirre) esperaban con ansiedad esa renovación que cada vez más es el camino que lleva al éxito.