FUE UNA EXPERIENCIA profesional, única, inolvidable, emocionante. Así lo sigo viendo a la distancia, cuando ya pasaron mas de tres décadas, y por mi profesión viví innumerables sensaciones en entrevistas con muchos pilotos nacionales e internacionales, a aquel encuentro que aquella tarde de verano del 17 de febrero de 1985 me llevo como periodista de Clarín y junto con los colegas de la entonces revista semanal Corsa a un café de la Recoleta.
Me sigue pareciendo increíble, haber estado junto a quien hasta ese entonces era el máximo campeón de la Fórmula 1, como Juan Manuel Fangio, a un tricampeón vigente como Niki Lauda que ya empezaba a instalarse en la leyenda tras su regreso del terrible accidente en Nurburgring y a ese jovencito, por entonces velocísimo, que era Alain Prost que ya comenzaba a escribir las muchas páginas brillantes en el exquisito libro de la Fórmula 1.
Ocho títulos mundiales (5 de Fangio y 3 de Lauda) presentes, que se ampliaron a una docena, con los cuatro que agregó Prost a partir de ese año en que rompió ese maleficio que hasta entonces parecia perseguirlo con sus tres frustraciones anteriores. No pasa todos los días en la tarea de un periodista.
Tres décadas después todavía recuerdo la admiración y el respeto con que esas dos figuras de aquella Fórmula 1 escuchaban al Chueco, una figura de todos los tiempos. Lo más cercano que luego ví, fue el afecto de Ayrton Senna cada vez que se encontraba con el Chueco.
Volviendo a aquel encuentro , recuerdo que Lauda fue el principal interlocutor del Quíntuple, al entender y dominar el castellano que hablaba Fangio, mejor que Alain.
«Hemos recuperado la democracia, pero aún subsisten los problemas económicos por la gran inflación…», respondió Juan ante la pregunta de Niki sobre la situación del pais. Está claro que lamentablemente las cosas no cambiaron mucho en estas tres décadas.
«Nos gustaria volver a correr en la Argentina porque el público de este país es uno de los que más gusta de la Fórmula 1…», largó Lauda recordando que por entonces ya sumaban cuatro los años de una ausencia de la Máxima en nuestro país, que se prolongaría una década más. «El tema es que Bernie Ecclestone quiere hacer un contrato por cinco años, y las autoridades del ACA no quieren comprometerse porque proximamente hay elecciones», le explicó el Fangio sobre una situación que más allá del cambio de dirigentes costó modificar.
Los temas fueron pasando y, traductora mediante, Prost también aportó lo suyo. «No guardo resentimiento, ni culpa. Hice todo lo posible para ganar el título, pero no era para mí…», explicó el francés sobre lo que había sentido cuatro meses antes al perder el campeonato ante Lauda, su compañero en el equipo McLaren, por apenas medio punto, la menor diferencia en la historia del Mundial.
A la hora de la despedida, Fangio se dirigió al francés y señalandolo a Lauda, esbozó una sonrisa y mirando a Niki le dijo: «Hiciste bien en dejarle ganar el título. Ya está viejo, en cambio vos sos joven y tenes muchas oportunidades por delante…».
A continuación, la nota cerraba con un «Y si Fangio lo dijo…»
Y como Fangio dijo, Prost tuvo más oportunidades y gano cuatro títulos mundiales.
Por Miguel Sebastián
Senna venía de Australia en el vuelo transportar. Pero en Buenos Aires paraba una noche en el Sheraton. En 1991 ceno con Fangio. Moltoni espero y espero e hizo el reportaje de su vida a los dos juntos. Para ver una y otra vez. Me emociona el gesto de Senna en Brasil 1993 cuando bajó del podio para señalar a Fangio diciendo «acá está el nro 1».
«Está claro que lamentablemente las cosas no cambiaron mucho en estas tres décadas.» como se nota que sos de Clarín