NO PUDO SER
No hubo gritos, ni bocinazos, ni ningún otro festejo. El sonido de los motores de los autos del TC 2000, rompió ese tenso silencio que entre las 11 y las 13 invadió esa Catedral del Automovilismo nacional que es el Autódromo Oscar y Juan Gálvez. Un silencio sólo quebrado por los gritos provocados por los tres goles argentinos. Son muchos para un partido de octavos de final, pero ante la contundencia y practicidad de Francia no alcanzó para seguir adelante en el Mundial de Fútbol. Por eso la tristeza y el silencio se adueñaron del Gálvez apenas terminado el partido.
“Los muchachos dejaron todos, pero no alcanzó, porque los franceses fueron más prácticos y supieron controlar el partido”, fue el inicial análisis de Facundo Chapur ante Visión, a punto de subirse al Citroen que compartía con Hernán Palazzo (ganó la competencia clasificatoria) en la Carrera de las Estrellas de TC 2000, que en la mañana sabatina estuvo impregnada de la fiebre mundialista. No era para menos.
Por eso, desde temprano se vieron boxes del Gálvez distintos a otros fines de semana de carreras. Con escenografías teñidas del celeste y blanco, con varios pilotos y mecánicos vestidos con la camiseta nacional, con charlas donde las expectativas del partido se metían en las conversaciones propias sobre la carrera, con monitores que combinaban la tiempos de los entrenamientos con imágenes de la previa del partido. Una combinación que dejó lugar al monopolio del partido apenas sonó el silbato inicial en la lejana Kazán rusa.
“Ganamos…”, era el pronóstico común en entendidos y también de neófitos como Nicolás Dapero. “No entiendo mucho de fútbol, pero gana Argentina 3 a 1 porque es el resultado que puse en el Prode que hice con mis amigos”, reconoció el piloto argentino de pasado en IndyLights, y actualidad en el TC 2000 sobre un Renault Fluence del Ambrogio Racing.
Hubo excepciones a ese optimismo desmesurado. ”No quiero dar un pronóstico, porque Francia tiene jugadores más jóvenes y Argentina es siempre una incógnita…”, dijo a VA alguien que como Mariano Pernía (foto de apertura al termino del partido), bajo su actual buzo de piloto tiene un pasado como futbolista, con el especial plus de una participación en un Campeonato Mundial, como la tuvo en el 2006 representando a España en el certamen de Alemania. Un plus que le dio una visión distinta al pronóstico.
Recordamos sus cautas palabras cuando después del mediodía el sonido de los motores del TC 2000 despertó a los argentinos del sueño mundialista.
Fotos: Mónica Paz.