RECUERDO IMBORRABLE
Pasaron 55 años desde aquel 3 de marzo cuando esa fiesta que vivía el TC cada vez que llegaba a Olavarria se vio invadida por una gran tristeza. Un vuelco, como tantos de aquella época, despidió de su Ford a Juan Gálvez rumbo a un vuelo que lo llevó a la eternidad. Como era costumbre de Juan, en esos momentos iba peleando por la victoria con el ídolo local, Dante Emiliozzi.
Pasó más de medio siglo. Mucha cosas cambiaron en el mundo, en el automovilismo y en el TC, pero el recuerdo de Juan se mantiene inalterable. Y no sólo por esos récords todavía inalcanzables de 9 títulos 56 victorias y 5 Grandes Premios ganados sino por esa imagen humana y deportiva. Cultor del bajo perfil, de pocas palabras pero de mucho trabajo y acción, analítico, astuto, excelente mecánico y permanentemente competitivo y veloz a la hora de correr, marcó una diferencia sobre las otras grandes figuras contra los que compitió en una época dorada del automovilismo argentino y especialmente del TC.
“Era una adelantado a su tiempo por la forma con la que encaraba el automovilismo” repite Hugo Mazzacane, presidente de la ACTC y reconocido admirador de Juan, quien en 1960 fue uno de los principales impulsores de la creación de la ACTC. Actualmente el edificio de la callle Bogotá 166 lleva a su nombre y una escultura con su figura con los brazos en alto da la simbólica bienvenida en la entrada.Un merecido homenaje al verdadero número 1 del TC
Por Miguel Sebastián
Fotos: Historia de TC y Prensa ACTC