“NO ES UNA POLE MÁS”.
Repetida declaración de muchos sábados clasificatorios, estas cinco palabras con las que Juan Manuel Silva definió su dominio en la clasificación del TC en la nublada tarde de Rafaela tuvieron esta vez más que nunca el verdadero sentido que da el adjetivo especial.
Es que seguramente para un piloto ya con 46 años, ya en el tramo final de su extensa campaña y reconocido más como un corredor de carreras que un súper velocista, no fue una más esta pole lograda en uno de los circuitos más rápidos del país, y donde el chaqueño nunca había marcado el número en una clasificación del TC ni tampoco ganado en sus 313 participaciones en la categoría.
“Por eso fue mi emoción” explicó Silva ya en la tranquilidad de la conferencia de prensa enfundado en un impecable antiflama blanco, sobre esa descarga emotiva que tuvo apenas concretada la pole número 8 de su campaña en el TC. Se entiende esa emoción porque debió esperarla poco más de cuatro años desde aquella tarde sabatina del 30 de mayo del 2015 en Concepción de Uruguay.
También hay que darle a esta pole del Pato el valor de la experiencia y astucia, virtudes que muchas veces sirven para compensar otros puntos no tan fuertes. Esa experiencia fue la que le hizo esperar hasta el último par de minutos para salir a la pista y así aprovechar la succión del Ford de Mariano Werner. “En un circuito como Rafaela se necesita la ayuda de un colega” admitió Silva quien en el último suspiro dejó a Agustín Canapino con las ganas de dedicarle la pole a su padre Alberto, ausente en el box (desde Arrecifes estuvo en permanente contacto con el equipo) por la prohibición impuesta por la ACTC por un incidente con un auxiliar en la anterior carrera de Villicum.
“Somos los huérfanos del TC” lanzó Agustín con una sonrisa, mientras abrazaba a Diego Ciantini (ganador de la serie más veloz y poleman del TC Pista), quien tampoco puede ser acompañado en los circuitos por su padre José, sancionado por el entredicho con Rodolfo Di Meglio en Concordia.
“No quiero hablar del tema, solo digo que me sorprendió” se atajó Agustín al volver sobre la suspensión a su padre. Prefiere mirar adelante y “hablar“ en la pista con el objetivo puesto en la victoria que necesita para integrarse definitivamente en la lucha por su cuarta corona en el TC. Si bien dispone de la pole para la atractiva segunda serie no la tiene fácil con escoltas como Mariano Werner, Facundo Ardusso, Jonatan Castellano y Leonel Pernía.
“Me gustaría ganar para demostrar que tenemos un gran equipo más allá de las circunstancias“ avisa Agustín, que viene de sendos segundos puestos en sus dos últimas presentaciones con el TC en Rafaela.¿Subirá el escalón que le falta?
Fotos: Prensa ACTC y AIF.