UNA RETROSPECTIVA DESDE EE.UU, SE EMPARENTA CON LO VIVIDO POR AGUSTÍN CANAPINO EN INDYCAR.

«En la vida, a menudo cuando se nos cierran puertas, y enfrentamos rechazos o las cosas no salen como esperábamos, tendemos a atribuirlo a la mala suerte o a pensar que el mundo conspira en nuestra contra. Sin embargo, con el tiempo, a menudo descubrimos que estas situaciones difíciles nos llevan a nuevas y mejores oportunidades que, de otro modo, nunca habríamos encontrado.

Un ejemplo inspirador es el de David Malukas en IndyCar. Después de haber firmado el contrato de su vida con McLaren, su carrera se vio amenazada cuando sufrió una fractura en la muñeca debido a una caída de su bicicleta de montaña. McLaren, tras un tiempo, decidió separarlo del proyecto. En ese momento, parecía que su carrera había terminado. Sin embargo, el equipo Meyer Shank Racing le ofreció una oportunidad para conducir uno de sus autos. Contra todo pronóstico, Malukas no solo se recuperó, sino que comenzó a superar a su compañero de equipo y a su antiguo equipo McLaren en casi todas las pistas.

Conor Daly en el auto 78 que corriera Canapino en el World Wide Technology Raceway en Madison, Illinois, donde corrió por primera vez para JHR y llegó 13°. Su compañero Romain Grosjean 16°. La caótica carrera fue ganada por Josef  Newgarden.

Este caso nos enseña que el rechazo y las dificultades pueden ser simplemente pasos hacia algo más grande y significativo. A veces, ser rechazado en un lugar puede llevarnos a ser valorados y necesarios en otro. El secreto está en aceptar el presente con resiliencia y en nunca rendirse. El destino y el tiempo, a menudo, tienen formas sorprendentes de guiarnos hacia donde realmente necesitamos estar».

 

Por Gustavo Rosso (fotoperiodista argentino especialista en IndyCar, radicado en EE.UU desde hace 20 años).

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