ESTE HECHO ES CONOCIDO por muy pocos seguramente…
…lo cuenta el hijo de Gabriel «Turco» Cardú, de Rosario del Tala, Entre Ríos, en la actualidad viviendo en España. Fijate.
«Mi padre construyó el único monoplaza con 6 ruedas del que se tenga conocimiento en Argentina y resto del mundo, a parte de los de Fórmula 1… Y no confundir, por ejemplo, con los monoplazas con «duales», que por otro lado, mi padre, también compitió todo un año, en la Formula 6 Entrerriana con un monoplaza con duales…
Pero a lo que me refería antes, es a los llamados «6 ruedas», pero que tengas 6 no por tener duales, ni otras cosas… Si no que 6 ruedas, 2 traseras, y dos ejes delanteros que «que doblaban los dos»… Y además, que lleguen a competir en un campeonato de carreras, el Tyrrell P34 en F1 y el llamado cariñosamente, «6 ruedas entrerriano» con el cual mi padre compitió en el campeonato de Formula 6 Entrerriana allá por 1978, 1979.
Le idea se le empezó a ocurrir a mi papá, porque él era conocido de Carlos Reutemann (en ese entonces corría en Brabham). Y cuando el Tyrrell “apareció” en la F1, mi viejo le pidió al Lole que “por favor tratara de sacarle unas fotos al Tyrrell, cuando lo vea sin “las carlingas” en los boxes, para que salga el chasis y las suspensiones, etc”. Y mi padre contaba, que Reutemann le decía “medio en broma, Turco, si me llegan a ver sacando fotos de otra escudería me echan de la F1.
LAS FOTOS DEL TYRREL QUE SACÓ EL LOLE
Pero un día, el Lole llamó por teléfono a mi papá y le dijo que vaya hasta su casa en Santa Fe (en la costanera “al fondo”), que le iba a dar algo, y fuimos. Yo sé que fuí porque tengo la foto de ese día, tendría 4 añitos jaja!. Bueno, fuímos y el Lole apareció con la foto del Tyrrell en los boxes y donde se podía, se puede, porque tengo la foto todavía. Se aprecia el monoplaza con su chasis, etc; y allí comenzó la aventura de armar un monoplaza con 6 ruedas, y adaptarlo para correr en la Fórmula 6 Entrerriana, que en aquellos tiempos, “llenaba” todos los circuitos. Era furor, junto con la Formula 5 Entrerriana, en la Provincia de Entre Ríos, muchos pilotos de otras provincias, Santa Fe, Buenos Aires, Córdoba, iban a competir allí.
Otra anécdota muy buena sobre el 6 ruedas que construyó y manejó mi padre fue: En esa época el presidente del Automóvil Club Argentino, era el Dr. César Carman, y este se enteró de que : “en un pueblo de Entre Ríos, se estaba armando un auto “copia” del Tyrrell”. Entonces Carman averiguó, hasta ponerse en contacto con mi papá y le dijo que quería que «ese monoplaza encabezara el desfile que se haría en al Autódromo de Buenos Aires, con motivo de la presentación de Mundial de Fútbol Argentina 1978”. A lo que mi padre le respondió que le «agradecía mucho la invitación, pero que iban muy atrasados con el auto, y no llegaban para la fecha de ese evento.
Mas adelante, contaba siempre mi papá riéndose, que Carman le dijo: “No sé cómo va a hacer Cardú, pero quiero a ese auto encabezando el desfile». Y bueno, fue tan convincente y directo con el mensaje que mi padre llegó con el chasis. Pero llegaron al Autódromo de Buenos Aires, sin haber podido poner el motor, y mucho menos arrancarlo. El motor era un Ika-Jeep 4 cilindros, preparado en aquella época por Oreste Berta. Y allí, en el autódromo, terminaron de colocarlo y comenzaron a “empujar” el monoplaza, no había manera de que arrancara… No recuerdo, creo que estaban Gastón Perkins, dicho sea de paso padrino de la boda de mis padres o el “Cachi” Scarazzini. Bueno, cuestión que estaban con una de las famosas «Liebres», y enseguida le ataron una cuerda al monoplaza y lo empezaron a remolcar por la calle de boxes; ida y vuelta “y nada…”, hasta que se dieron cuenta que con el apuro de colocar el motor, habían dejado mal puesto o flojo el distribuidor, y esa era la falla. Lo pusieron en su sitio y arrancó…
Bueno amigos, perdonen por toda esta historia tan larga, pero lo traté de hacer lo más resumido posible y contar más o menos lo que me acuerdo, entre alguna lágrima que se me caía, principalmente porque mi querido padre ya no está entre nosotros físicamente; y porque yo estoy muy lejos de aquellos amigos. Y muchas cosas y anécdotas las recuerdo gracias a que “por aquellas épocas”, y todavía se sigue haciendo en las categorías provinciales, en los zonales, nos juntábamos todos los viernes, o cualquier día, con las famosas «peñas de amigos», en los talleres a comer asados antes de cada carrera, o un día fijo a la semana. Y ahí surgían todo tipo de anécdotas nuevas o sino, se repetían siempre las mismas, porque la gente lo pedía: “Chee, contame aquella vez que pasó» tal o cual cosa, o «cuando fuímos a….
Un abrazo a todos los amantes de cualquier disciplina del deporte motor. A los fierreros, desde España, Nicolás Cardú. (Nico pa’ los amigos, ja!)».
Publicado en facebook por Nico Cardú.
Que buena historia!! Y es así, como dicen los craneos del garketing automovilistico nacional: a los argentinos no nos gustan los monopostos y todo lo que venga de afuera, siempre es mejor…
Conocía la historia, escribo de memoria recuerdo que la campañan del auto fue bastante buena. La FE. llenaba los autodromos y aun lucha para sobrevivir, hay verdaderos artesanos buscando la continuidad de los chasis…, quizas entre sus participantes se encuentre el mejor piloto de monopostos de potencia de Argentina, GABRIEL MASSEI….Sigo la FE. en lo posible, aunque no sea de Entre Rios.
Por otra parte creo que fue el Dr. Carman que dijo en un reportaje, para practicar automovilismo yo aconsejo comprar un auto con techo…, en cambio el monoplaza para que te sirve…?, así estamos…
Nicolás gracias por compartir tan linda historia. saludos
buena. otro descubrimiento muchachos. me gusta mucho historias asi. bien vision
Que epocas que se añoran.
Al Señor Cardú se le ocurrió una idea original, pudo realizarla y competir con su quimera.
No hubo nadie que le dijera con que chasis competir, idem con el motor.
No había un proveedor monópólico de cubiertas, amortiguadores, trompas, carpas, licencias, etc,etc….y muchos más etceteras…
Leo la nota completa, luego los comentarios y lo pienso 2 segundos y destesto un poco más a los dueños actuales del automovilismo nacional, luego de pensarlo por 5 minutos los aborrezco, y a los 15 deseo fervientemente que los 4 quioscos con techo se fundan de una vez y para siempre.
Excelente historia, soy apasionado por todas las categorías de monoplazas y especialmente estos zonales demuestran que a veces para hacer una categoría interesante y divertida no hace falta tano cambio de reglamento y tecnicismos sino de poner gente con garra y corazón en la pista y en los talleres y menos monopolios y grandes popes que terminan por arruinar lo que en esencia, es un deporte y no un negocio.