MUCHA LLUVIA Y FRÍO
Qué suerte que se pudo correr la carrera nocturna del Súper TC 2000 en el callejero santafesino.
Qué suerte, especialmente por todo ese público, el verdadero corazón de esta carrera santafesina, que desde el mediodía hasta casi la medianoche, soportó estoicamente el frío, el viento y la lluvia en esta clásica cita que este año tuvo la inoportuna visIta de esos factores climáticos que opacaron su habitual y colorido marco. Ese público que el Súper TC 2000 dice tener como prioridad aunque esto no se condiga mucho con esa espera hasta las diez de la noche (dos horas más de años anteriores) que este año tuvo que afrontar esa gente para recién ver la largada. Todo por un nuevo condicionamiento televisivo a una transmisión futbolística (TyC Sports) que sólo enfocó las tribunas del partido San Lorenzo-River.
“Es fútbol y además es Rivar” , comentó un resignado Agustín Canapino. Más profunda fue la reflexión de Matías Rossi, con un patético “el automovilismo no tiene peso para cambiar esas situaciones”. También ese retraso horario complicó a pilotos e integrantes de los equipos que culminaron sus tareas sobre la medianoche y este domingo debieron estar arriba muy temprano para arrancar con las pruebas libres. Ni que hablar, si hubo que arreglar un auto como pasó con el Peugeot 408 que Mariano Werner golpeó contra el muro antes de la largada.
Qué lástima que finalmente se corrió la primera carrera de la octava fecha del campeonato. Hubiese sido bueno comprobar en caso de continuidad de la lluvia caída, en plena clasificación si los pilotos mantenían la aparentemente firme decisión de no correr con una pista con muchos charcos, como la que transitaron en una clasificación que el campeón Facundo Ardusso consideró “la más difícil de mi vida”, y la comparó en dificultades con su participación en el Dakar 2017. Extrañamente en clasificación no hubo ninguno de los habituales golpes contra el muro.
“Si las autoridades dicen que hay que correr aunque la pista no se encuentre en condiciones y todos los pilotos nos ponemos de acuerdo para no hacerlo, no corremos. Algun día hay que poner lo huevos sobre la mesa”, había arengado Leonel Pernia, escolta del poleman Canapino, en momentos que la lluvia colocó una gran signo de interrogación sobre la carrera.
Ese mismo Pernía que no firmaba anticipadamente un segundo puesto por detrás de Canapino fue el que se quedó con la victoria, y sumó su cuarto éxito en el callejero santafesino. Tuvo el mérito de mantenerse en pista y controlar a su compañero Ardusso ayudado por el «basta!», con el que Miguel Angel Guerra, su director deportivo cortó las intenciones del campeón de presentarle lucha a su compañero.
Por encima del resultado, la mejor nota conductiva fue para el talento y el arrojo de Facundo Chapur. Desde el cuarto lugar saltó con su Citroen a la punta tras sucesivos sobrepasos a Ardusso, Pernia y Canapino. Todo entre los muros y sobre un piso mojado y peligroso como nunca. Imagenes insospechadas en la previa pero reales en la práctica y que le dieron a la carrera una importante cuota de interes. No hubo final feliz para Chapur porque el toque de Canapino, le pasó la factura cinco vueltas despuès que el Titán (siguió de largo) con la rotura de la suspensión. «Todo se fue a la basura por un toque innecesario», se quejó Javier Ciabbatari, responsable técnico del equipo Citroen.
Chapur atenuó la crítica a Canapino «fue un toque sin intención», largó el extrovertido cordobés, uno de los destinatarios de los mejores aplausos en la noche sanatfeisna. El otro fue el público por aguantar tantas horas, tanto frío y tanta lluvia. Gracias a Chapur tuvo su recompensa.
Fotos: Prensa Súper TC 2000
