OTRO ENROQUE Y VAN…
No es la primera, ni la segunda, ni seguramente será la última. En plena temporada, y al mejor estilo de un ajedrecista con sus piezas, Red Bull, movió sus pilotos. Y pese a que hace unas semanas, tanto su director Christian Horner, como el jefe del Programa de Desarrollo de Pilotos Jóvenes, Helmut Marko, habían asegurado que mantendrían las formaciones iniciales, no pudieron con su genio y decidieron el enroque entre el francés Pierre Gasly, que vuelve a Toro Rosso donde estuvo el año anterior, y el inglés tailandés Alex Albon, quien tras una docena de carreras en la Fórmula 1, se convertirá el 1 de septiembre en el Gran Premio de Bélgica en el nuevo compañero del holandés Max Verstappen.
«Red Bull está en una posición única de tener cuatro pilotos con talento en la Fórmula 1 bajo contrato, que pueden rotar entre su equipo y Toro Rosso. El equipo usará las siguientes nueve carreras para evaluar el rendimiento de Alex antes de tomar una decisión sobre quién acompañará a Max en 2020″, explicó el comunicado oficial de Red Bull.
No sorprendió el “castigo” a Gasly, a quien ya le habían advertido que estaba bajo la lupa y podía perder su butaca. Su 4º lugar en Gran Bretaña pareció darle un aire de confianza, pero luego un despiste en las pruebas de Montmeló y la imposibilidad de superar y quitarle el 5º puesto al Renault de Carlos Sainz en Hungría sellaron su suerte. Igual la decisión de relegarlo pareció exagerada para alguien que con 63 puntos ocupa la 6ª ubicación en el campeonato por detrás de Lewis Hamilton, Valtteri Bottas, Sebastian Vettel , Max Vestappen y Charles Leclerc, los principales protagonistas de la temporada.
En cambio, sorprendió el ascenso de Alexander Albon, que muestra apenas una docena de Grandes Premios y como mejor posición con el 6º lugar en Alemania. Muchos imaginaban ese privilegio para Daniil Kvyat, el otro piloto de Toro Rosso, que lo supera en puntos (27 a 16) y que viene de subir al podio en Alemania. Pero el ruso no parece ser muy tenido en cuenta por Red Bull donde ya en el 2016 vivió la misma incómoda situación que ahora le tocó a Gasly al tener que cederle el lugar a Verstappen.
Aquella vez se intuía que la movida podía dar resultado, como finalmente se dio con la proyección de Max a los primeros lugares de la categoría. Ahora, hay más dudas. Lo único claro es que la nueva movid,a confirma la descarnada política competitiva de Red Bull, donde el piloto es considerado apenas una pieza de recambio…
Fotos: motorsport.com