YA DA QUE HABLAR
Volvió a sorprender Alan Ruggiero. De una manera distinta a la de hace dos semanas en Toay, cuando sin estar en ningún pronóstico, debutó como ganador con una inusitada contundencia.
Sorprendió esta vez porque muchos,tras aquel inesperado festejo pampeano, lo imaginaban retornando a esos lugares intrascendentes al que suelen volver ganadores sorpresivos del TC. Y sorprendió porque Alan hilvanó su segunda victoria consecutiva. Algo raro en el TC, al punto que Matias Rossi con sus éxitos en Concordia y Olavarria en el 2016 era el antecedente más cercano. Y mucho más raro en un debutante, ya que para encontrar el último caso hay que retroceder a las victorias de Agustín Canapino en el cierre del 2010 (Buenos Aires) que le dio su primer título y la apertura del 2011 en Mar de Ajó
Mira que nombres que te tiramos. Tal vez en poco tiempo la estrella de Ruggiero tenga luz propia. Esa que hace un par de años intuyó Juan Manuel Silva para elegirlo como invitado en los 500 Km de Olavarría en el 2016. Alan no lo decepcionó y juntos llegaron 6º.
“Estoy súper feliz, no pensaba en volver a ganar tan rápido, pero si, tenía expectativa de estar entre los diez primeros” reconoció Ruggiero, mientras sostenía el hermoso trofeo con la imagen del Ford de los Hermanos Emiliozzi, con ese aire de suficiencia y alta confianza que también mostró sobre el Torino del Sprint Racing. Esa audacia propia de un joven de 25 años, resultó determinante en la maniobra del sobrepaso a Ardusso que definió la carrera. “Me sorprendió por la forma que se tiró en el frenaje y la velocidad con la que me pasó” admitió Facundo, con un rostro que pese a sus intentos no alcanzaba para disimular su contrariedad por la pérdida de una victoria que hasta la aparición del auto de seguridad tenía en el bolsillo.
“Si no entraba el auto de seguridad no podía agárrarlo a éste” admitió Alan con la mirada puesta en Ardusso. Gran verdad porque el Torino amarillo y negro había fijado una diferencia de un par de segundos sobre el Toro multicolor. Pero el auto de seguridad apareció luego que se chapearon feo Mauricio Lambiris y Julián Santero y éste ultimo quedó cruzado en la entrada a la recta principal, y fue golpeado por el Torino de Nicolás González Apenas recuperados del susto, apareció la bandera negra de exclusión para el uruguayo. No resultó la última mala noticia para el equipo del Gurí Martínez. Ya avanzada la tarde, a la desclasificación de Norberto Fontana (había terminado 6º) por exceso de cilindrada se sumó la de Luciano Ventricelli (18º) por similar motivo.Todo en el marco de un apurada salida de Alejandro Iuliano (jefe técnico de la ACTC) y Mariano Calamante (uno de los comisarios deportivo). No fue la mejor manera para temas que requieran explicaciones.
Son para destacar el talento, la determinación y la audacia de Ruggiero, como también el rendimiento del Torino del Sprint Racing y hasta el toque de la fortuna que tuvo con la entrada del auto de seguridad. Sin embargo la gran carta ganadora en este nuevo triunfo de Ruggiero la jugó Cristian Avila, el experimentad técnico que supo a acompañar a figuras del nivel de Juan María Traverso y Cristian Ledesma.
“Poné las gomas para lluvia” le dijo Avila a Ruggiero a punto de salir a pista para la segunda serie en momentos que unas inoportunas gotas de lluvia llenaron de dudas a los pilotos. Rossi y Castelllano por ejemplo eligieron gomas slicks y Ruggiero pensaba imitarlos en contraposición a lo que le indicaba Avila desde su mayor experiencia. Para su fortuna le hizo caso. No tardaron en verse los resultados con su amplio triunfoen la serie.. Fue determinante para largar la final desde el tercer lugar, escalón inicial para su avance a la punta tras precisos sobrepasos a Mariano Werner y Facundo Ardusso.
“Destaco de Ruggiero la gran forma en la que se adaptó al auto” señaló Avila sobre este porteño que ya empieza a dar que hablar, por ahora por sus sorprendentes triunfos ¿Cúal será el próximo?
Fotos: Prensa ACTC