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EL TRANSPORTE GENERA, AL AÑO, CASI 500.000 TONELADAS PROCEDENTES DEL CAUCHO.

No todos los neumáticos son iguales en lo que respecta a este fenómeno: en función de las decisiones de diseño de los fabricantes (longevidad, materiales y arquitectura), las emisiones pueden variar hasta cuatro veces.

Desde FATE sostienen que al menos, en el corto plazo, no ven que se aplique esta norma en la Argentina.

 

Para garantizar la eficacia de la normativa Euro 7 es fundamental la fiabilidad del método de medición. Actualmente se están debatiendo dos enfoques: Pruebas en carretera en condiciones reales, método que mide las emisiones en gramos por kilómetro y por tonelada de carga y proporciona resultados fiables, reproducibles y representativos.  El otro, se llama método Drump basado en laboratorio. Aún en fase de desarrollo, esta alternativa toma parámetros parcialmente definidos y poco transparentes. Por lo tanto, este método se presta a la manipulación para cumplir los umbrales reglamentarios y puede que no refleje con precisión las emisiones reales.

Desde Michelin señalan que las discrepancias entre estos dos métodos son considerables: en el 28 % de los casos, los resultados obtenidos para un mismo neumático difieren. Por ejemplo, un neumático probado en carretera con un índice de abrasión de 1,42 sería prohibido para la venta, mientras que el mismo neumático podría ser aceptado en el laboratorio con un resultado de 0,83.

 La norma Euro 7 para el transporte pesado, entrará en vigencia en el Viejo Continente a partir de 2029.

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