EL GRAND PRIX INAUGURAL de la India mostró algunas particularidades: pero parece que nadie lo sufrió tanto como el equipo Williams
Un GP exótico en un país inconmensurable podía dar para todo, especialmente en los ojos sofisticados del circo de la F-1 que mira desde arriba con su acerbo europeo. Pusieron el grito en el cielo cuando un perro vagabundo obligó a parar una tanda de entrenamientos con bandera roja, pero tuvieron que resignarse ante el deambular de las vacas sagradas en los caminos de acceso al circuito.
Como el tránsito es tan complicado en Delhi –no se respetan los carriles, como enla Argentina, pero tampoco se respeta el sentido de marcha, y eso cuesta verlo aquí- la mayoría de los integrantes dela F-1 contrataron autos con chofer, no siempre con el mejor resultado. A Bob Costanduros, el entrevistador oficial de la F-1, su chofer lo dejó a 10 kilómetrosde la entrada al circuito…
Cuando la avanzada de Williams llegó al Buddh International Circuit, la semana pasada, y fueron a tomar posesión de la espaciosa sala que les había sido adjudicada (cada equipo tenía la suya) como centro de operaciones en el paddock… ¡encontraron a una familia viviendo adentro! En el centro de la sala tenían, inclusive, un calentador Primus para cocinar.
Al día siguiente, el chofer de la van los dejó de garpe. Llamaron al celular de contacto que les había dejado y quien los atendió les informó que el conductor había fallecido durante la noche…
Los Williams clasificaron muy lejos en el Buddh (14º y 16º) y en carrera tuvieron inconvenientes desde la primera vuelta. Pastor Maldonado abandonó y el veterano Rubens Barrichello terminó 15º (entre 19 que llegaron).
Foto: Pirelli